El tattoo, de la marginalidad a los museos

El Caixaforum Sevilla inicia la temporada expositiva con 'Tattoo, arte bajo la piel' que, producida por el Museo Quai Branly-Jacques Chirac de París, ha recorrido ya países como Estados Unidos, Canadá, Taiwán o Rusia. La exposición, comisariada por Anne Richard, ha sido presentada por Moisés Roiz, director de Caixaforum Sevilla, Isabel Salgado, directora del área de exposiciones y colección de la Caixa y Jérôme Bastianelli, director del museo de Quai Branly de París. Como invitado especial, el famoso tatuador neerlandés Henk Schiffmacher, artista que ha realizado tatuajes a rockeros como Lady Gaga, Red Hot Chili Peppers, Pearl Jam, Kurt Cobain, Willy de Ville y Herman Brood, entre otros.

«Nosotros lo que queremos es generar debate, que se planteen preguntas entre generaciones y que ello puedan provocarlo nuestras propuestas expositivas. A lo mejor algunos padres comprenden ahora por qué sus hijos, que son de otra generación, quieren tatuarse», dice Moisés Roiz, quien ha destacado en la presentación las actividades y talleres anexas a la exposición que llega a Sevilla tras haber visitado ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Valencia.

La exposición reúne 240 obras históricasy contemporáneas entre fotografías, dibujos, pinturas, libros audiovisuales y objetos como herramientas para realizar los tatuajes, así como máscaras o sellos.

En el siglo XX se incorporó el tatuaje a los museos y, un siglo antes, Sutherland McDonald, conocido como el 'Miguel Angel del tatuaje', se imprimía sus tarjetas como 'artista tatuador', para llegar al último tercio del siglo XX cuando Felix Leu, artista francés nacido en 1967, rechaza cualquier distinción entre arte académico y popular.

Para Isabel Salgado, «esta exposición responde al boom del tatuaje que se ha producido de forma excepcional en el siglo XXI, porque se ha naturalizado y ha salido de la marginalidad histórica«. Ha dado datos como que, según la Academia Española de Dermatología, uno de cada tres jóvenes en España lleva algún tipo de tatuaje, o que nuestro país ocupa el sexto lugar en cuanto a los más tatuados del mundo. «Los jóvenes no sólo siguen la moda, sino que quieren hacer una vuelta las raíces, y por supuesto seguirá habiendo un debate entre partidarios y detractores».

La comisaria de la muestra, Anne Richard ha destacado que se hace un recorrido por los tatuadores históricos hasta hoy día, «hay maestros de todo el mundo», señaló, entre otros, Horiyoshi III, Filip Leu, Mark Kopua, Kari Barba, Colin, Dale, Jee Salayero y la madrileña Laura de Juan, cuya obra reflexiona sobre el aislamiento social y la incertidumbre durante la pandemia. «Para mí es una gran satisfacción esta exposición, porque es la oportunidad de decir que el tatuaje es un arte muy compartido, y que es algo magnífico desde el punto de vista del arte. La exposición cuenta la historia del tatuaje, recorre casi todo el planeta y que se practica desde siempre».

Por su parte, el director del Museo Quai Branly de París ha señalado que fue «toda una apuesta hacer una exposición sobre el tatuaje. De hecho nuestro museo estudia todo lo relacionado con el hombre su evolucion y las artes populares. Por eso la muestra explora, desde un enfoque antropológico e inédito los usos del tatuaje y su papel en la historia, viajando a través de sus orígenes y evolución. Cuando empezamos a hacer esta exposición en 2014, invitamos a importantes tatuadores a realizar una obra sobre réplicas de silicona de distintas partes del cuerpo. Luego, a lo largo de su itinerancia, la exposición se ha ido enriqueciendo con nuevas obras encargas a artistas de varias nacionalidades».

En la exposición se pueden ver, entre las 240 piezas, 24 prototipos moldeados en un material experimental que de forma hiperrealista reproducen parte del cuerpo humano y sobre los que han tatuado los norteamericanos, Kari Barba y Jack Rubi, el suizo Felix Leu, el neozelandés, Mark Kopua, el inglés, Xed LeHead, el danés, Coin Dale y el polinesio Chimé. Para la exposición en Españ se han incluido creaciones de las artistas Laura de Juan, Jee Sayalero, el brasileño Brian Gomes y el japonés Taku Oshima.

Entre las curiosidades de la muestra, una pluma eléctrica inventada por Thomas Edison en 1877, antecedente de la actual máquina de tatuar; un baúl para transportar herramientas de los tatuadores ambulantes; un álbum original de Rich-Mingins editado por Henk Schiffmacher en 2011; una flauta en forma de estatuilla de la cultura maya con tatuajes faciales; herramientas y utensilios de tatuaje del siglo XIX de Indonesia, Birmania, Túnez o Australia, entre otros.

En la exposición también se rinde homenaje a la tatuadora filipina Whang-od Oggay, de 106 años, considerada como la última tatuadora que utiliza el 'batok', tatuaje tradicional hecho a mano, o a los maoríes de Nueva Zelanda que practican el 'moko', arte de esculpir la piel como símbolo de conciencia indígena.

Haciendo un recorrido por las salas, se visita el tatuaje desde Japón a América, desde Europa a Oceanía, desde Asia y la Polinesia, pasando por culturas como el tatuaje chicano de América del Sur y terminando en una reflexión sobre el tatuaje en la actualidad. Desde el siglo XII el tatuaje ha viajado por medio de las expediciones y viajeros aventureros. En 1891, con la invención de la máquina eléctrica de tatuar hecha por Samuel O'Reilly, su difusión comenzó de forma expansiva. El tatuaje, ya no es patrimonio de la marginalidad, o se asocia sólo con el mundo carcelario, sino que ya es patrimonio visible de artistas del rock por ejemplo, además de generalizarse como expresión del 'body art' de las nuevas generaciones en sus formas más renovadas o primitivas.