Pelayo, el entrenador de los GEO que se ha convertido en todo un ejemplo

«Al final, la gente que somos del norte, de Asturias sobre todo, nunca nos desvinculamos de la zona. Siempre nos engancha mucho todo. No sé lo que tiene, pero… Tu corazón siempre está ahí», reconoce, mirando a cámara, desafiante, Pelayo . Para él, además de la familia, lo más importante son las banderas de España y del GEO ; y casi nunca es fácil conciliar la vida y el trabajo.

Su corazón no conoce desaliento, se mueve como pez en el agua («El Tajo decide»), desde donde observa los demonios y los miedos, y confía en el lenguaje corporal («Dice mucho más que las palabras») y en las matemáticas, que nunca fallan: «Han llegado cien. No hay plazas para todos. Eso no es una amenaza. No es meter presión. Es un hecho». Para él, obediencia y confianza son lo mismo.

Pelayo es un tipo cortante («¿Le ha preguntado alguien algo?»), sarcástico («He visto ñúes más sigilosos en los documentales de La 2») e incluso creativo («Se le acaban los bonus, caballero. Tic, tac»), que dejó su pueblo costero para unirse al contraterrorismo . Cuando de joven se preparaba para ser geo en Ávila, el problema eran otras tres siglas: ETA . «Siempre me han gustado los grandes desafíos y en aquella época era la lucha antiterrorista ».

A mitad de los años noventa, Pelayo entró a formar parte del grupo de información en San Sebastián. Tenía que seguir, vigilar y recopilar información para detener comandos terroristas en una época en la que había un atentado tras otro. Casi una década después, el 11-M le pilló viendo la televisión. Se enteró por su mujer Yolanda. «A esa gente, la tengo que detener sí o sí», le dijo. Tres semanas después, su compañero Javier, al que sigue recordando, murió durante una operación: cuatro terroristas islamistas se inmolaron en un piso de Leganés (Madrid). Ahí aprendió que en la vida, los planes se hacen a muy corto plazo.

Nadie en su familia, antes que Pelayo , había sido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Nadie le influyó. «Cada vez que, incluso de pequeñito, veía alguna noticia, un desfile… Los uniformes me llamaron la atención», recuerda en uno de los ocho episodios de 'G.E.O. Más allá del límite' , serie documental producida por Buendía Estudios . Vivir en un pueblo, donde todos se conocen, fraguó su carácter. Su padre era ganadero y, si no estaba en el campo, estaba en casa, nunca en el bar. «Era un tipo serio, afable, dependiendo en qué momentos… Y con ese cariño que dan las personas serias, que es más potente que [el que dan] las que son más abiertas. No hacía falta que te dijese 'te quiero'. De hecho, muy pocas veces me lo habrá dicho en la vida. No hace falta; una mirada, un gesto, era suficiente», recuerda Pelayo .

Habla de su padre, pero también habla de sí mismo, pues Pelayo es un tipo serio pero afable con los policías que, durante siete meses y medio en Trillo (Guadalajara), se preparan para ser geos. Todos son piñones, grandes o pequeños, de un único mecanismo. El trabajo en equipo es vital. Literalmente. «Hay que ser un pleno convencido del GEO , desearlo al 200% para estar aquí porque los momentos de flaqueza van a llegar tanto en el curso como en la vida operativa. '¿Estás dispuesto a aguantarlos?' Esa es la gran pregunta y yo les voy a ayudar a contestar ».

Muchos desisten y es Pelayo quien recoge el guante, o sea, su dorsal. A veces, incluso su mochila si se quedan atrás en el camino para dar ejemplo de compañerismo. «Eh, muy bien». «Tampoco le des más vueltas, tío». «¡Puto profesional!». Tras la bofetada de consolación, a veces doble, viene el áspero abrazo. Para Pelayo , la corrección política, en los despachos. «Cuando estoy hablando con alguien y estoy seleccionando, no me gusta perder mi tiempo. Si pregunto una cosa, ¿qué se hace? Se contesta».

Los espectadores, como los policías aspirantes a geos, están encantados con Pelayo , de quien dicen que es «un ejemplo a seguir», «una máquina», «un líder, no un jefe», «un gran señor» e incluso un representante del «asturiano de raza que se está extinguiendo», comprometido con la vida y siempre dispuesto a ayudar a los demás.