La noche más «Cuarto Milenio» de «MasterChef»

La gala más esotérica tuvo, no podía ser menos, un final atípico. No hubo ningún plato especialmente malo, ni siquiera en la prueba de eliminación, donde todos fueron calificados como «correctos». Lo fue también el de Jesús Castro , expulsado tras hacer su mejor aportación culinaria al programa. Pero alguien tenía que caer, porque las normas así lo dictan.

En siete años de «MasterChef» nunca se había hecho una prueba con el pan como ingrediente estrella. Siempre tiene que haber una primera vez, y fue en la tercera gala del «Celebrity 5» .

Tuvieron que elaborar un plato con el pan como protagonista. Lo hicieron por parejas, que eligió Juanjo Ballesta , como capitán del equipo ganador de la prueba de exteriores de la segunda gala . «El Bola» decidió emparejarse con la hija de Lucía Bosé . Y formó estas otras: Jesús Castro y Celia Villalobos , Laura Sánchez y Nico Coronado , las «raqueles» ( Meroño y Sánchez Silva ), Perico Delgado y Gonzalo Miró , Flo y La Terremoto de Alcorcón , y Josie y Ainhoa . No cocinaban los dos miembros: lo hacía uno mientras el otro le indicaba los ingredientes de la receta a través de dibujos y sin poder decir ni «mu». Cuatro tuvieron que hacer un plato salado; el resto, dulce, y fue también Ballesta el que determinó qué elaboraba cada dúo. En todas sus selecciones, el actor no estuvo nada táctico, y emparejó juntos, en la medida de las posibilidades, a los que han mostrado más afinidades.

La versión culinario del «Pictionary» resultó menos graciosa de lo esperado. Les tocó dibujar a Jesús Castro , Laura Sánchez , R aquel Meroño , Perico Delgado , Flo y Josie . El primero fue, sin duda, el menos hábil con los rotuladores, lo que le llevó a romper el voto de silencio no en pocas ocasiones; le costó algunos reproches de Jordi Cruz , pero otras veces se ha sido mucho más severo en este concurso con algún aspirante que ha quebrado menos las reglas. El estilista Josie y Samantha Vallejo-Nágera (que dibujó fuera de concurso para el chef Pepe Rodríguez ) fueron los más hábiles en el arte de Altamira, y a buen seguro habrían merecido el elegido de aquel pintor amigo de Lucía Dominguín , un tal Picasso .

El chef Oriol Rovira , del restaurante Els Casals , dotado con una estrella Michelin, supervisó la elaboración de los platos mientras Jordi Cruz saboreaba el pan relleno de liebre con castañas con el que epató a los concursantes.

Nicolás hizo un pudding de rojo satén «con mucha intención y poco resultado», según Jordi Cruz. Raquel Sánchez Silva hizo «un amasijo» cuando tenía que hacer una «mousse» de pan , pero es que los dibujos de su tocaya Meroño no ayudaron. Gonzalo Miró cocinó unas migas con chorizo que gustaron a Oriol Rovira, pero no a los chefs titulares. «Lucía, bravo», elogió Jordi Cruz las albóndigas de la hija del torero. Los dibujos de Josie, que eran de enmarcar, resultaron una guía magnífica para la milhoja que tuvo que hacer Ainhoa Arteta, que no lo aprovechó: «No está bien definido, es como un poco complicado de comer», juzgó este plato el chef del restaurante Els Casals. Las torrijas de La Terremoto de Alcorcón quedaron secas, pero, a la vista de los dibujos de Flo, tan mal resultado no fue pues al menos dio con el plato, lo que no era fácil; siguiendo al humorista, podría haber hecho una tortilla de patatas o cualquier otra cosa. Celia Villalobos fracasó con su salmorejo , porque hizo el que ella come en su casa, pero se trataba de elaborar otro más sutil, más chef.

Los jueces dictaron sentencia, y no solo culinaria. Josie fue elegido el mejor dibujante. Como cocinillas fue seleccionada Lucía Dominguín , que atribuyó el triunfo a la mediación de su madre Lucía y de su hija Bimba desde el más allá .

El pantano de El Burguillo , en el Valle de Iruelas (Ávila), fue el majestuoso escenario de la prueba de exteriores, en la que tuvieron que cocinar con camping gas y sin apenas utensilios de cocina.

Con esos medios campestres, los aspirantes tuvieron que elaborar dos menús de pícnic , con dos platos salados y uno dulce cada uno. La explicación inicial se la perdió Ainhoa Arteta , que llegó tarde y se disculpó como la reina que es: «No volverá a ocurrir».

La cantante formó en el equipo rojo con La Terremoto de Alcorcón , Flo , Laura Sánchez , Celia Villalobos , Pedro Delgado y Lucía Dominguín . En el azul, el resto: Juanjo Ballesta , Nicolás Coronado , Gonzalo Miró , Raquel Sánchez , Jesús , Raquel Meroño y Josie , que tuvo que desollar un conejo, lo que hizo con tanto asco como gracia. El estilista estuvo cumbre en sus quejosos comentarios. Sin duda, es el relevo generacional de Boris Izaguirre y está pidiendo un Sardá a gritos: «Samantha, perdona. ¿Qué es este dinosaurio? Se tenía que haber extinguido y aparece en el río», se preguntaba mientras descuartizaba un pez. «¿Pero esto qué es? ¿Un auto de fe? ¿Juana de Arco?», clamaba ante la brasa. Y se podría hacer una recopilación mayor de frases «made in Josie», con su sello humorístico, pero en ese caso esta crónica sería aún más eterna.

De capitanes ejercieron Albert (equipo rojo) y Vega (azul), de «MasterChef Junior 7» , a los que las «celebrities» no hicieron demasiado caso.

«El objetivo no se corresponde con la infraestructura», se quejó Josie. «Soy mártir», acabó proclamando, desencajado, con el rímel corrido.

«Lo mejor del menú han sido las peras de Raquel [Meroño]», juzgó Samantha al equipo azul. Se refería a unas peras al vino tinto que triunfaron entre los campistas, que eran exigentes lugareños que criticaron el conejo de esta escuadra.

Triunfaron el ceviche de esturión y el arroz con leche del conjunto rojo, al que un seco magret de pato , pasado de cocción, no apartó de un justo triunfo. «Ha sido el mejor aspirante del equipo», elogió Jordi Cruz señalando a Perico Delgado , que ya sabemos que siempre se crece entre montañas. Por fin un platazo del ex ciclista segoviano.

De regreso al plató, Raquel Meroño fue salvada por sus peras, y subió a la galería, donde aguardaba el ganador equipo rojo. El resto del equipo azul compitió por esquivar la puerta de salida. O sea: Juanjo Ballesta , Nicolás Coronado , Gonzalo Miró , Raquel Sánchez Silva , Jesús Castro y Josie .

De entrada, tuvieron que agudizar su vista y su olfato. Les retaron a reconocer salsas, condimentos y hierbas. Los dos que más aciertos sumaron –que fueron Raquel Sánchez Silva y Nicolás Coronado – se libraron del adiós. En la noche más «Cuarto Milenio» de «MasterChef» , el hijo de Paola Dominguín y José Coronado confesó su secreto: había escuchado que meterse un ajo en el bolsillo da buena suerte, y así lo hizo. «Y ahora toda España con un ajo en el bolsillo», pronosticó. Menos mal que Victoria Beckham ya no vive entre nosotros.

Los delantales negros dispusieron de 60 minutos para elaborar un plato en el que estaban obligados a usar alguno de los productos que habían adivinado y un pescado de origen noruego, el fogonero. Por los fogones merodeó Silvia Abril , finalista de «MasterChef Celebrity 2» .

Josie creó un «Fogonero Lady Di» con nuez moscada, homenajeando con su plato la isla donde está enterrada la princesa. «Sosito, pero estás haciendo progresos muy interesantes», juzgó Pepe Rodríguez .

El «Fogonero Tabasquero» de Jesús Castro estaba bañado en aceite. «Me preocupa el punto del pescado», lamentó Pepe Rodríguez .

En «La delgada línea roja», Gonzalo Miró tuvo que integrar el pimentón dulce y le salió un plato «muy aceitoso», lamentó Silvia Abril . «El punto del pescado es maravilloso», elogió Pepe Rodríguez .

La cata terminó con el «Fogocitado» –de «fogonero confitado», explicó Juanjo Ballesta , que hubo de maridar el pescado con salsa de soja– «Un plato bien hecho es un plato bien hecho. Está rico y no tiene defectos», juzgó Jordi Cruz .

La decisión del jurado fue complicada, porque los cuatro platos eran correctos y ninguno de ellos merecedor de la expulsión. Los de Josie y Juanjo Ballesta fueron elegidos los dos mejores. Así que la expulsión quedó entre el televisivo Gonzalo Miró , el favorito que siempre está en el ojo del huracán, y el actor Jesús Castro , el menos mediático de todos los aspirantes que quedan en las cocinas. Y fue este último el que tuvo que tomar la puerta de salida.

«Más me vale no jugar demasiado con juego», reflexionó Gonzalo Miró antes de subir a la galería. Abajo quedó Jesús , al que le dio pena irse justo cuando hizo su mejor plato. «Me llevo el cariño de mis compañeros y la experiencia de trabajar bajo presión. No estoy acostumbrado a perder, pero me gusta destacar con trabajo y sacrificio». Se marchó, pero antes quiso lanzar un deseo: «Ojalá gane mi Juanjete».