No lo verás en Televisión
El riesgo de comentar la Eurocopa para RTVE
«Antes, cada español tenía un seleccionador en su interior; hoy tienen un Ibai Llanos reprimido»
'Fábrica de morcillas S.L.'
Incapaces de reconocer a cinco futbolistas titulares de España, los seleccionadores de salón que habitan dentro de cada español se han quedado mudos. Caput. Discutir por poner a Grimaldo o a Cucurella tiene menos glamur que antaño, cuando la cosa estaba entre llevar a Raúl ... o apostar por Fernando Torres. Así que los 'panenkitas' tuiteros, aburridos sin poder amaestrar al vulgo en cuestiones tácticas, se han reciclado en expertos narradores y analistas televisivos para explicarnos ahora los secretos de la técnica televisiva. Del 4-4-2 y el bloque bajo al máster de Realización y Locución gracias al milagro del esférico. Aleluya. Una reconversión propia de Valdano o Álvaro Benito, únicos dioses admitidos en el panteón del 'panenkismo'.
Será porque nuestros cerebros se han acostumbrado a la multitarea o porque ya nadie ve la tele sin un móvil en la mano, el caso es que durante los partidos de la Eurocopa la gente solo comenta si Juan Carlos Rivero confunde a Koundé con Dembélé, si Paco Grande no se pone a dar gritos en un Hungría-Escocia o si Alicia Arévalo sigue siendo Alicia Arévalo al terminar el partido porque, ya saben, «mujer tenía que ser». Decir gente, en realidad, es decir tuiteros, elevados hoy por la magia del 'clickbait' a prescriptores de lo que se dice o se piensa en la sociedad, cuando la sociedad, en realidad, está atenta a la cerveza y al colega con el que compartir el rato de fútbol. Pero a la gente normal los de la «escucha social» no los oyen, así que hay que buscar en redes al tarado que insulta al profesional del periodismo. Esta bilis tuitera les sale también, según el día, contra Albert Font o David Figueira si en el minuto 73 fallan una vocal del delantero sueco. Solo salvan a Paco Caro, uno de seis, no está mal. Del 'amarrategui' al 'amargadeti'.
Si algo bueno tiene que RTVE se haya gastado unos 80 o 90 millones de euros (según los cálculos de lo que costaron anteriores entregas, porque RTVE no da datos; la transparencia ya tal...) es que durante este verano se convierte en un placer ver un Rumanía-Eslovaquia o a un desconocido optar a medalla en tiro con arco. La Eurocopa está arrasando en las audiencias, lo que demuestra que el fútbol en abierto engancha al público como pocas cosas. Antes, cada español tenía un seleccionador en su interior; hoy tienen un Ibai Llanos reprimido.
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