Rocío «Florero» se libra (de momento) de su aguijón

Convertida en al azote de Rocío Flores desde antes incluso de pisar la isla (la cosa se tensó ya en el hotel), Yiya Busca Bulla –así la apodaremos a partir de ahora– se defendió diciendo que ella «no insulta, califica». Es decir, cuando se refirió a la hija de Antonio David y Rocío Carrasco como «paralítica mental» estaba, simplemente, calificando. También estaba calificando cuando catalogó a su contrincante isleña como «peida». Según estudiamos en la EGB, y se ve que también en la ESO –que es la formación que por edad le corresponde a Yiya– «peída» deriva de «peer», que proviene del latín «pedĕre». En su primera y única acepción significa lo que hasta el menos docto en latín se temió cuando escuchó la palabra en boca de la modelo («arrojar o expeler la ventosidad del vientre por el ano»).

Le molesta a Yiya que Rocío «Florero» se crea la «estrella polar» del programa, como si «ella fuera la que da los minutos de audiencia». Vamos, que en estos siete días de pasión le ha llamado de todo menos guapa. «No soporto que me insulten cada dos por tres», confesó Rocío, que a lo largo de la semana ha llorado dolida ante el acoso verbal de la modelo.

Cuanto todos imaginábamos a Antonio David , presente en el plató, haciendo por el móvil las gestiones oportunas para contratar de urgencia un Falcon o similar, y plantarse allá en la isla dispuesto a marcarse un Rambo , la audiencia habló. Y lo hizo para expulsar de la isla a Yiya Busca Bulla y, en el mismo paquete, a Vicky Larraz.

«Yo me voy muy tranquila porque lo he dado todo», dijo Vicky, parafraseando a un futbolista en el pospartido. Aquella que triunfó con No controles , canción que escribió Nacho Cano , se despidió entre lágrimas. A los que pasamos los 40, lo que ha ocurrido en la isla con la ex cantante de Olé Olé nos ha catapultado a la tercera edad. La chavalada que anda por allí no sabe ni quién es. «¿Cómo se llama la señora esa?», preguntó recién llegado a la isla Nyno Vargas , que es un rapero que los que tenemos más de 40 desconocemos en la misma proporción que conocemos a Vicky Larraz.

Sabiéndose expulsada, Yiya se ablandó un poco y se acordó de la familia de Rocío: «Entiendo que no es agradable escuchar esto», pareció disculparse. Pero como la cabra tira al monte –dicho esto metafóricamente, que cualquiera se mete con Yiya–, añadió enseguida que lo que ella ha dicho de la nieta de Rocío Jurado es exactamente lo que piensa. No tiene filtro y Telecinco lo sabe. Y lo disfruta.

Las dos expulsadas por la audiencia ya estaban hechas a la idea de que tendrían que hacer las maletas cuando JJ anunció que la organización ha decidido concederles una segunda oportunidad. Se quedarán por ahora en Honduras , pero en la llamada Playa Desvalida , «en unas condiciones que dejan mucho que desear». Es un arenal donde convivirán únicamente las dos. Y dentro de una semana una se irá definitivamente. Por cierto, el resto de los concursantes desconocen este indulto. En la ignorancia, Rocío vivirá mejor. Dicho esto sin segundas y sin ninguna mala intención.

Sabemos que a Yiya le esperan sonados enfrentamientos en el plató, donde Antonio David la recibirá a portagayola. Pero aún habrá que esperar un tiempo para ver ese episodio de la trama. En concreto, a que regrese de la isla. Es más: no descarten incluso que Antonio David pueda ver antes a su hija Rocío Flores. Y es que la muchacha pasó de la alegría por el adiós de Yiya a la tristeza por la nominación, limbo al que también fueron enviados Jaime Ferre, Antonio Pavón y Beatriz Retamal. La audiencia decidirá sobre todos ellos.

El aperitivo del duelo estelar de la noche, el Yiya-Rocío, fue el choque protagonizado por Hugo y Elena.

Ir con tu suegra a una isla desierta no parece, al menos a priori, el mejor de los planes. Si en vez de «suegra» se trata de una «ex suegra», la cosa empeora notablemente. Que se lo digan al uruguayo Hugo Sierra. En Cayos Cochinos, además de la sombra de las palmeras, tiene la de Elena Rodríguez , la madre de Adara Molinero , su ex pareja y madre de su hijo. Encrespada como una de esas olas de cinco metros que obligaron a evacuar a los concursantes , Elena la tomó con Hugo. No por nada ocurrido en la isla, sino por lo acontecido en un paritorio hace justamente un año, cuando nació Martín. Que si él (Hugo) no quería que ella (Elena) estuviese allí durante el parto de su nieto, desprecio que ella (Elena) lleva clavado en lo más hondo de su corazón. Él (Hugo) replicó calificándola de mentirosa y con una línea de diálogo que quedaría de cine en la boca de cualquier gánster de El Padrino : «Tu corazón no me interesa». Glups.

El asunto tuvo continuidad un rato después. En su condición de «Dios» a tiempo parcial (una semana), Hugo tuvo la potestad de impedir participar en la prueba de la noche a un concursante, condenándolo así a la playa de los siervos –donde las condiciones son peores– y privándolo de poder dar el salto al arenal donde la vida es más llevadera. Pues bien: eligió a su ex suegra. «Ha sido muy cruel», juzgó desde Madrid una pasmada Adara. Lo dijo hablando como habla ella, que es como si por momentos le faltasen pilas. En el plató, la ganadora de GH VIP 7 se picó con el hermano de Hugo, y confirmó que, en efecto, éste no quería que su madre fuese al parto. «Porque no la soportaba. Ésa es la realidad», explicó.

Escrito está que Hugo fue elegido en el génesis de este Supervivientes 2020 como «Dios» de la isla. Pero este Dios, como aquel que rodó Scorsese, tiene tentaciones . En concreto, una: Ivana Icardi , de profesión hermana de futbolista famoso. Ajena al enésimo asalto del PSG a la Champions, en esta ocasión coliderado por su hermano Mauro, ella lleva una semana en Honduras haciendo eso que tanto gusta a Neymar: retozar por los suelos. En este caso concreto, por la arena y en compañía de Hugo. «Hay gente que se conoce en aplicaciones para ligar y otras en programas de televisión», analizó sagazmente Jorge Javier . «Yo soy de los segundos», admitió Hugo Sierra, lanzado al estrellato en aquel Gran Hermano en el que intimó con Adara.

Embutida en un vestido espectacular, Adara no abrió la boca mientras Ivana y Hugo se declaraban su amor en directo. Pero ella piensa que es un amor a primera Visa. Y por eso le da «vergüencita» –lo dijo hace unos días ante un micrófono de Telecinco– ver cómo se dan esos arrumacos.

Cristian Suescun resultó ser el nuevo «Dios». En el plató intervino su hermana. La idea era que lo felicitase por su recién adquirida condición de ser supremo. Pero lo que iba a ser un momento plácido se tornó en el tercer gran duelo goyesco (léase «a garrotazos») de la noche, el protagonizado por Gloria Camila y Sofía Suescun .

Le han pillado gusto a lo de enfrentarse en los platós, pues ya en la gala inaugural protagonizaron un primer asalto . «Cuando Sofía habla, Gloria Camila mira como si hablase esperanto», dejó caer JJ. Y se montó la de Cristian, o sea, la de Dios. La hija de Rocío Jurado acusó a Sofía de hacerse «la hermanísima» defiendo a Cristian, al que antaño puso a parir en los platós por su vida disoluta. Llovieron los reproches. «Vendes una vida amorosa pero le pones los cuernos a tu novio», espetó la hermana de Cristian, que explicó que ella era «clara» y su contrincante «oscurita».

Había un elefante en la habitación (léase plató), de nombre Kiko Jiménez , ex de Gloria y actual pareja de Sofía, y al final acabó saliendo a la luz… «Preocúpate por tu novio, que se fija en otras teniéndote a ti», aconsejó la hija de Ortega Cano. Sofía lanzó entonces la bomba H: «Nunca superará que le quité a Kiko. Supéralo, cariño».

Las principales líneas argumentales abiertas por Supervivientes 2020 dejan por ahora un tanto al margen a Estefanía , quien llegó a la isla convertida en la MVP del mes de Mediaset. La pareja y a la par ex pareja de Christopher había sido nominada al rato de bajar del helicóptero el jueves anterior, pero fue salvada este martes por la audiencia de en Tierra de nadie , uno de esos programas con los que Telecinco alimenta a su audiencia entre jueves y jueves, no vaya a ser que al personal le entre el mono catódico.

Así que finalmente en la gala de ayer solo estaban en la rampa de despegue forzoso el televisivo José Antonio, la cantante Vicky Larraz y la modelo Yiya. Como ya se ha contado, las dos últimas fueron expulsadas por la democrática audiencia y salvadas por una organización que parece haber encontrado en Yiya un filón. O, para ser más precisos, un aguijón.