Las series que se atrevieron a hurgar en los secretos de la Familia Real británica

Desde la afición de Enrique VIII por los matrimonios y los divorcios, los errores históricos de una ficción que retrata a su mujer, Catalina de Aragón, como una manipuladora, una telenovela en la que el Príncipe Guillermo es un mujeriego y Camilla Parker-Bowles la malvada madrastra y hasta una vitriólica serie que imaginaba la muerte de la Reina y el reina de Carlos III . En la ficción siempre hay espacio para todo.

Durante tres temporadas, Peter Morgan se ha dedicado a colarse de forma clandestina en el Palacio de Buckingham. Sin pedir perdón ni tampoco permiso, el creador de «The Crown» reinventa los episodios más notables de la historia británica en una serie que se ha convertido en la más prestigiosa de Netflix.

Prudente a la hora de rellenar lagunas , Morgan retrata tragedias, amoríos y controvertidos episodios que erige con unos ingeniosos diálogos que brillan especialmente cuando se cierran las puertas de la residencia oficial de la monarquía británica. La historia, dijo el creador en alguna ocasión, consiste en unir puntos, algo que se le da de maravilla cuando se posa en ciertos eventos que le sirven para tender un puente entre la realidad histórica y la evolución de esos personajes que a veces parecen distantes y casi siempre de otro mundo.

Siempre elegante, la tercera temporada de «The Crown» no defrauda. Pese al choque inicial del cambio de actores –solventado de forma magistral con una sutil transición en la renovación de la imagen de las libras– enseguida uno olvida que Isabel II no fue siempre Olivia Colman y el Duque de Edimburgo, Tobías Menzies. Aunque ese mérito es casi exclusivo del reparto que, pese a la estridente colisión que supone ver a Helena Bonham Carter en un papel que antes interpretó Vanessa Kirby, se permite hasta el descubrimiento de nuevos talentos, como Josh O'Connor en la piel del Príncipe Carlos.

Esta prestigiosa serie, producida por Showtime, cuenta con un reparto de actores jóvenes y atractivos, entre los que destaca Jonathan Rhys Meyers («Match Point»), que recibió una nominación a un Globo de Oro por su interpretación de Enrique VIII. La ficción, nominada a varios premios Emmy, fue galardonada también con el Globo de Oro a la mejor serie dramática en 2007.

El joven, atractivo, poderoso y seductor Enrique VIII prefiere dejar la política en manos de sus consejeros mientras él se divierte de cama en cama en la Corte. Esta afición por las faldas, así como los conflictos internacionales y las intrigas políticas durante los años iniciales de su reinado, pondrán en duda su eficacia como monarca.

A pesar de la indiscutible calidad de «Los Tudor», los hechos que narra carecen de rigor histórico. Algunos personajes han sido inventados o modificados, mientras que el tiempo se ha comprimido, dando la impresión de que todo ocurre en un periodo temporal menor que el real.

Hace unos años, la BBC estrenó en horario estelar , en su segundo canal, la versión para televisión de la exitosa obra de teatro «Charles III» , estrenada en 2014 en el West End londinense y que también ha triunfado en Broadway. El drama fantaseaba sobre cómo sería la llegada al trono del príncipe Carlos y resultó especialmente controvertido por cómo trata la figura de Kate Middleton , a la que presenta como una nueva y maniobrera Lady Macbeth, que mueve los hilos para colocar a su pusilánime marido William en el trono, tal y como escribió en 2017 Luis Ventoso.

De entrada, la ficción se abre con el engalanado ataúd donde marcha Isabel II entre el pesar de su pueblo, una imagen que dada la edad de la Reina puede levantar aristas. El Rey Carlos III aparece como un personaje dubitativo y excéntrico , que provoca una enorme crisis constitucional al negarse a visar una ley de su Gobierno por entender que limita el derecho democrático a la libertad de expresión. En cierto modo hay precedentes de la intromisión de Carlos en la labor gubernamental. La justicia ordenó hace dos años que se hiciesen públicas sus cartas donde presionaba al Ejecutivo de Blair, conocidas como «el memorando de la araña negra», por su apretada letra en tinta de ese color.

Comedia satírica sobre el día a día de la Familia Real británica. La serie muestra la vida imaginada y los amores de esta familia, con personajes basados en Guillermo y Kate, el príncipe Harry y Pippa Middleton, Camilla y Charles y algún otro miembro de la realeza.

Los guiones parecen salidos de los titulares más sensacionalistas de los tabloides británicos pero sacándoles aún más punta: Camilla vive obsesionada por iniciar una nueva dinastía, el joven Guillermo quiere conocer de primera mano lo que piensan los ciudadanos y por eso trabaja de incógnito en lugares donde pueda tener contacto con los súbditos, Harry es un chico con pocas luces al que parece que solo le interesa el sexo, Kate no acaba de encontrar su lugar en una familia tan distinguida y Pippa se esfuerza en asegurarse una vida cómoda y con mucho dinero.

Adaptación a la pequeña pantalla de la obra literaria «La princesa fiel» escrita por la autora Philippa Gregory que relata los acontecimientos más importantes de la vida de la princesa castellana. El papel protagonista está interpretado por Maria Doyle Kennedy, quién ya había encarnado el papel de Catalina de Aragón en la seria «Los Tudor». También ha realizado trabajos para la gran pantalla como «Los miserables», «Aliados» o «La teoría del todo». En esta ocasión la acompañan reconocidos actores en el sector audiovisual británico como Aaron Cobham («Los asesinatos de Midsomer», «Coronation Street» o «Cold feet») y Elliot Cowan («Krypton», «Alejandro Magno» o «La brújula dorada»).

La ficción histórica recrea una época convulsa en la corte inglesa , donde los entresijos de palacio y la ambición por llegar al poder hicieron fuerte a una joven princesa castellana que lejos estaba en la línea de sucesión al trono.

La trama de la serie sigue a Catalina de Aragón, hija menor de los Reyes Católicos , embarca hasta tierras inglesas para contraer matrimonio con el Príncipe Arturo. Sin embargo, cuando éste muere repentinamente, comienza una lucha incansable para conseguir su único objetivo: llegar al trono inglés.