'Perni': los noruegos también saben hacer sainetes

'Perni' , escrita y protagonizada por la humorista Henriette Steenstrup (Noruega, 1974), discurre siempre entre la tragedia y la comedia. Una escena dramática puede acabar con una gracia y viceversa. La premisa podría ser la de un sainete ibérico, o un melodrama español, pues en esa casa desordenada, en esa familia desestructurada, pasa de todo, o sea, la vida. Y la muerte. La titular, durante la primera temporada de seis episodios, no da abasto: una hermana muerta tras un accidente de tráfico, un excuñado en silla de ruedas, un sobrino de acogida, un padre viudo y abiertamente gay, dos hijas para echar de comer aparte… Y un romance con un compañero de trabajo, guapísimo, más joven y ya emparejado.

En esta segunda temporada, de también seis episodios de media hora, Perni sigue llamando por teléfono a su hermana fallecida, con la que 'habla' y se desahoga, fumando dentro del coche aparcado en el garaje. A veces le acompaña el padre, ya ennoviado, con quien comparte alguna calada. Puede que ella sea la mejor en su oficio, en protección del menor, pero es un desastre de puertas para adentro. Al principio de las nuevas entregas, y disculpen el destripe, Perni desatiende todo menos el trabajo, al que se agarra como un clavo ardiendo. Tendrá casi cincuenta años, pero el corazón roto, pues mandó a paseo a su novio tras él contarle que estaba esperando su tercer hijo con una mujer a la que no quiere. No se alarmen: 'Perni' resuelve magníficamente el enredo y demuestra que, en pantalla, los adultos también se enamoran, tienen una vida sexual. Y se equivocan. En otra escena magnífica, por lo reveladora que es, una amiga de la protagonista, tras casarse, admite que hace mucho más por su hijastro que por sus hijos; quizás porque le quiere menos. Los diálogos son el fuerte de esta serie adulta y normal, como la británica 'The Split' , también en Filmin.

Habrá tercera temporada de 'Perni' .