Los fans aterrorizan más que los fantasmas

El problema no radica en la mansión ni siquiera en los supuestos fantasmas que la habitan, sino en algo más molesto y mundano; los fans de la serie. Los seguidores de «American Horror Story» irrumpen en la casa constantemente para tomarse fotos . Los propietarios anteriores no les revelaron el uso televisivo ni la fama cosechada por la mansión, gracias a la antológica serie creada por Ryan Murphy .

Los nuevos dueños alegan en su demanda incumplimiento de contrato, así como «ocultación fraudulenta». Exigen una compensación económica de casi 2,5 millones de euros. Los acusados son Stephen John Apelian y Joyce Bowman Rey, agentes de Coldwell Banker, compañía que negoció la venta y los antiguos propietarios. «Cientos de fans de la ficción vienen a la propiedad, entran ilegalmente en el jardín , e intentan entrar en la casa lo que provoca un gran estrés no solo en los propietarios, sino también a los vecinos», declaró Doug Vanderpool, abogado de los demandantes. «Un día los dueños se despertaron con el sonido de cristales rotos porque alguien rompió la ventana de la cocina para colarse», añadió. En la demanda se expone que si hubieran sabido que la mansión era una «atracción turística» no la habrían comprado y exigen una compensación económica de 2 millones de euros por las continuas molestias.

La mansión de estilo victoriano data de 1902 y se eirge en el número 1.120 de Westchester Place . El interior dispone de una superficie de 969 metros cuadrados repartidos en tres pisos, con seis dormitorios, cinco baños, un gran salón, vidrieras de Tiffany , seis chimeneas de ladrillo y techos pintados. En la casa sólo se rodó el episodio piloto. Para el resto de la temporada, se usaron decorados. Desde entonces, la leyenda de casa encantada persigue al inmueble, aunque los fantasmas y fenómenos paranormales han sido el menor de los problemas.