Estupidez brillante: 'La Tierra según Philomena Cunk'

Hacía meses que no me reía tanto delante del televisor. Mis vecinos probablemente piensen que estoy loco tras la sinfonía de carcajadas del fin de semana. Ver a Philomena Cunk documentar la historia de la humanidad desde la ‘invención’ del fuego (ella no lo llama descubrimiento) hasta nuestros días es simplemente sensacional. Cada pregunta inadecuada, cada dato erróneo, cada pregunta incómoda a los expertos. La acidez de ‘La Tierra según Philomena Cunk’ en Netflix roza lo cáustico. Los amantes de la sátira y el humor inglés estamos de enhorabuena, sin duda.

Diane Morgan es una auténtica maestra en el arte de provocar incomodidad y estupefacción en sus entrevistas a científicos, filósofos y expertos del calibre de Jim Al-Khalili o Anu Ojha. Los nombres quizá no les suenen de nada, pero si son consumidores habituales de documentales reconocerán sus caras al instante. Si a las preguntas estúpidas le añadimos las propias opiniones y anécdotas que Cunk va añadiendo a cada entrevista uno sólo puede sentirse hipnotizado por el personaje.

Además, el formato de ‘La Tierra según Philomena Cunk’ es todo un acierto. Un total de cinco episodios de veinticinco minutos de duración rodados como si de un documental real se tratara. Es la dosis perfecta para que no resulte excesivamente cargante y recuperarse entre capítulo y capítulo de las agujetas abdominales. Si me permiten la recomendación les diría que vean un episodio al día y no caigan en la tentación de hacer maratón de los cinco episodios. La sátira y el absurdo se disfrutan más en pequeñas dosis.

Charlie Brooker tiene el mérito de haber conseguido convertir el efecto Dunning-Kruger en un personaje de carne y hueso con la inestimable interpretación de Diane Morgan . Para quien lo desconozca, el efecto Dunning-Kruger más o menos viene a decir que las personas ignorantes desconocen que lo son y por tanto defienden sus creencias de forma insistente a pesar de ser erróneas. No me digan que no se les acaba de venir a la cabeza ese amigo que todos tenemos. Ese que te corrige en tu propia área de conocimiento a pesar de no tener ni idea del tema. Ese amigo que ‘de todo sabe seis’, como decían Faemino y Cansado . Pues ese amigo es Philomena Cunk y personalmente yo no puedo parar de escucharla lanzar imprecisiones y errores con semejante seguridad en sí misma. Hasta para ser idiota hay que valer.