Wim Wenders y el ombligo de Europa

Tampoco ha querido dejar de emitir su opinión sobre el yihadismo, un tema que, dice, se ha atrevido a tratar en la ficción aunque jamás lo haría en un documental. «Hemos fallado en facilitar la integración. Si nos rendimos en este asunto, el terrorismo nunca se terminará», apunta, para concluir: «Hemos creado este problema, y es lo que les da el poder».

Ayer fue un día especial para uno de los cineastas más reconocidos del continente. El que fuera presidente del jurado en 2002 ha vuelto para competir por la Concha de Oro , el premio mayor después de que su documental «La sal de la tierra» se llevara el del público en 2014. Un día especial en el que compartió los focos con Alicia Vikander , la protagonista de su película, aunque la ganadora del Oscar por «La chica danesa» prefirió quedarse a la sombra de su «admirado director». «Mi madre me puso “París, Texas” y “El cielo sobre Berlín” cuando tenía diez años. Gracias a ella tuve la suerte de adentrarme en el mundo del cine desde muy joven», explicó una de las grandes actrices que desfilaron ayer por una alfombra roja llena de público.

Ese es el encanto de San Sebastián, la cercanía. Desde media tarde, en las puertas del Kursaal, apenas había sitio para poder rozar a las estrellas que acudieron a la gala inaugural .