Harrison Ford: «35 años después de “Blade Runner”, seguimos sin tener coches voladores»

Sentados en una habitación del lujoso hotel de Madrid donde ayer atendieron a la prensa, parecen alumno y maestro. Ford habla despacio, masticando las palabras, y cuando termina cede el turno a Gosling. El discípulo escucha y solo después responde. «Cualquier actor sería afortunado si creara un personaje en su vida por el que la gente se preocupara durante 35 años y después quisiera revisitar», explicaba a ABC. El intérprete, que a sus 36 años ha estado nominado dos veces al Oscar, una más que Harrison Ford, muestra su respeto: « No creo que yo haya creado uno [como el de Rick Deckard], pero me gustaría ». Y el veterano compañero no duda en valorarle su trabajo: «Un personaje no existe (por sí mismo) sino que es parte de una historia. Tú has creado historias que tienen personajes muy interesantes que algún día alguien quiera revisitar»

La visita de ambos a Madrid ha sido fugaz: menos de veinticuatro horas en las que se comprimen decenas de entrevistas, una visita al Reina Sofía para ver el Guernica y una cena en un tradicional restaurante de la capital. Un día más en la vida de unas estrellas que hoy repiten agenda en París.

«Esto no es fácil de explicar, pero voy a intentarlo», advierte Ford antes de responder sobre la estética futurista y distópica que creó Ridley Scott para «Blade Runner». Una seña de identidad que Denis Villeneuve, el director de la actual, ha mantenido:

pero tenemos otras cosas que demuestran un cambio tecnológico, como fascinantes cosas que confirman la imaginación que vimos en la primera película... Jesús"

«Treinta y cinco años más tarde de la primera película seguimos viviendo en esa realidad predicha. Los 35 años que han pasado desde la última vez que viste “Blade Runner” no son 35 años más aquí, donde seguimos sin tener coches voladores, pero tenemos otras cosas que muestran cambios tecnológicos, el futuro… Cosas interesantes y fascinantes y que confirman la imaginación que vimos en la primera película», explicaba el actor con tesón, pese a tener que recibir cada pocos minutos a un nuevo periodista. La intensidad de la respuesta la combatió Gosling con carisma: «¿Es esta la sensación que te da la ayahuasca? ». Ford, con tablas, le contestó de inmediato con humor: «No, pero fue una buena parte de la universidad...»

La parte estética es una de las pocas cosas que desvelan sobre cómo será la ciudad de Los Ángeles en 2049. El miedo del que hablaba el replicante original se ha apoderado de la productora de «Blade Runner 2049». El pánico a los robots es hoy el pánico a los «spoilers». La distribuidora no ha enseñado más de unos minutos a los periodistas europeos después de que un medio estadounidense filtrara parte del final. Los protagonistas, advertidos, no se atreven a dar ni una pista. Nada que pueda romper el hechizo. Ford describe el filme como «una pesadilla existencial» y Gosling lo matiza: «Una pesadilla hermosa y romántica».

Fuera de los sueños de los androides y sus ovejas eléctricas, Harrison Ford sigue con metas por lograr. A sus 75 años, después de escapar de la estrella de la muerte a la velocidad de la luz (en «La guerra de las galaxias ») o de recuperar el arca de la Alianza (« Indiana Jones »), sigue en busca de retos. ¿Quizá trabajar con Ryan Gosling después de que este triunfara con «La La Land» le habría incentivado para rodar su primer musical?: «Me encantaría, me encantaría cantar, pero no creo que mis pies y mis cuerdas vocales puedan seguirme», dice a ABC el veterano intérprete mientras Ryan Gosling le mira riendo.

La parte femenina de « Blade Runner 2049 » tiene acento español. Es Ana de Armas, que pasó su juventud entre series nacionales («El internado», «Hispania, la leyenda») antes de dar el salto a Hollywood. Ahora interpreta a Joi, la amante de Ryan Gosling. «Tardé una semana en acostumbrarme a ver a Ryan delante de mí, pero fue muy bonito. Sentí miedo, sentí presión... Me sentía insegura, no te lo voy a negar. Pero luego ves que ellos [señala a la otra habitación] no paran de hacer bromas», dice a ABC.