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ABC Cultural

John Ford: Los oestes de un irlandés

Dedicó al western lo mejor de sí mismo y le suministró una épica, un sentimiento y una poesía que forman ya parte de la leyenda

John Ford mira a cámara durante el rodaje de El hombre que mató a Liberty Valance
Oti Rodríguez Marchante

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A fecha de hoy, un día del siglo XXI, está cinematográficamente aceptado por el oficio, la crítica y el cinéfilo que John Ford es el director más importante del siglo XX, aunque él nació en el XIX en la localidad estadounidense de Cape Elizabeth, en ... Maine, y también con un «aunque»: nació allí con un fondo nostálgico irlandés transmitido por el O’Feeney paterno y que él transmitió a todo su cine de una manera fabulosa (también de fábula) y que se puede degustar en títulos tan gloriosos y arraigados como «El hombre tranquilo» o «El delator» , pero también en algunos otros no tan glorificados por el éxito y considerados como la obra «menor» de Ford, y el mejor ejemplo sería «La salida de la luna» (1957), tres cuentos solapados que forman una de las películas más encantadoras, jocosas e irlandesas de su filmografía. Dentro de su magnífica y extensísima obra, el adjetivo «menor» atribuido a esta y otras películas suyas es en realidad irrelevante, pues entre ellas se puede encontrar lo mejor y más singular de un John Ford que dirigió centenar y medio de películas y no se necesita apenas reflexión para señalar dos docenas de obras maestras.

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