Festival de San Sebastián

El milagro de una ciudad con más estrellas que tiempo

Tras la jornada inaugural de este viernes, el fin de semana se presenta con una enorme colección de grandes nombres internacionales y nacionales

El viernes hubo verdaderos apelotonamientos para ver, entre otros, a Penélope Cruz EFE

16/09/2022
Actualizado 17/09/2022 a las 03:34h.

En San Sebastián un taxista puede pasar de la risa al recordar el monolito de Carlos Pumares en los ochenta a un pesar grave por la reciente muerte de Godard . Se ven por estas calles milagros más propios de Lourdes, unos kilómetros más al ... norte, como cuando una mujer que cumplió los setenta años hace ya demasiado tiempo arrancó en prodigioso ‘sprint’ -con muleta y todo- para ver la foto que su yerno había lanzado a la terraza del hotel María Cristina a una cabeza que creían que era la de Penélope Cruz . «Ya te dije que es guapísima», cumplimentó la misma hija que cinco segundos antes había regañado a la señora y que ya trataba de ampliar como podía la foto después de quitar el móvil al marido. O un surfero francés descalzo sobre la acera aún mojada por la lluvia de la mañana, que tabla en mano y camiseta en casa aprovechaba un descanso para ver si coincidía que pasaba algún famoso . Indicios todos ellos de que el festival ya ha comenzado también fuera, en la calle.

Porque dentro se había encargado de inaugurar la Sección oficial el cineasta Alberto Rodríguez, que presentó ‘Modelo 77’ entre un rugido de aplausos casi tan potentes como la historia de su filme, en el que viaja a la cárcel de Barcelona en la Transición. Hasta ayer no terminó de respirar el director, que jura y perjura en una charla con ABC que incluso cuando enseña algo de lo que ha rodado a su madre, se tiene que ir de lo nervioso que se pone. «Los estrenos se me dan fatal», señala, y apostilla: «La sala llena y la gente esperando me impone todavía». Después del primer pase de prensa, y mientras charlaba con el protagonista, Javier Gutiérrez , en la puerta de una suite del hotel, su resuello ya sonaba más relajado tras ver la gran acogida.

Y eso que el tema que maneja dentro de la pantalla y en el que se tiene que mover fuera de ella, en las entrevistas, es más bien espinado. La Transición, el franquismo, la represión... todo lo que en el rodaje resuelve con acción, en la charla lo hace con sosiego: «En la Transición había una esperanza, una especie de alegría y de libertad que no se ha vuelto a repetir en este país. Quizá duró hasta los años ochenta y lentamente se convirtió en otra cosa. Me parecía interesante recuperar esa sensación de que todo es revisable, y que aunque esto fuera un pacto, igual es tiempo de que le demos una vuelta», remata el director, que celebra la buena cosecha de cine español de la temporada: «Esto hará que los autores de este año al menos se vean reivindicados, pero es importante que empecemos a defender a los creadores como a una especie en extinción...», advierte.

Joaquín Sabina y Fernando León de Aranoa, el viernes nada más llegar a San Sebastián EFE

[Entrevista completa con Alberto Rodríguez en San Sebastián]

En la segunda sección del certamen, esas ‘perlas’ que han viajado por el mundo antes de aterrizar aquí, el encargado de encender los proyectores fue Juan Diego Botto con ‘ En los márgenes ’. El actor, que debuta como director, y Penélope Cruz, que además ejerce de productora, narran una historia del presente que suena a la crisis de 2008, con un desahucio como eje de la trama. «La imposibilidad de acceder a la vivienda es lo que puede empujar a la pobreza a las clases medias», confiesa el director en un rato de charla con ABC, en el que Luis Tosar, coprotagonista del filme, replica a su lado: «Y el otoño caliente que se espera igual devuelve las hipotecas y los desahucios a las portadas».

Fue el primer día con más estrellas aterrizando que se recuerdan, a la espera del fin de semana en el que se saltará de Olivia Wilde a Penélope Cruz, de Juliette Binoche a Bárbara Lennie, o más cerca, de Joaquín Sabina a Fernando León de Aranoa. Dos días que justifican que los milagros, aunque sean cinematográficos, bajen desde Lourdes hasta la Concha.