Las cinco perlas de los discursos de Antonio Banderas en defensa del mundo hispano
Desde que recogió el Premio Platino de Honor en 2015 Banderas ha demostrado que, además de un exitoso actor, es un gran orador y un gran defensor de España y de lo latino
ABCPLAY
En el verano de 2015, cuando la presidencia de Donald Trump era solo una mala pesadilla, Antonio Banderas ( desde hoy Premio Nacional de Cinematografía ) se pronunció en defensa del mundo latino, ese que tanto atacaba el magnate en sus apariciones públicas. Lo hizo al ... recoger el Premio Platino de Honor , un momento en el que demostró que, además de un exitoso actor, era un gran orador y un gran defensor del mundo hispano (y de España). Entonces clamó en favor de lo latino, «pese al interés insano y absolutamente reprochable del señor Donald Trump por patearnos el trasero, en el que se reúnen un crisol de comunidades que hablan la lengua cervantina y que no solo enriquecen la vida cultural del país sino que aportan valores apoyados en su propia dignidad, en el trabajo duro, el sacrificio y el poderoso regusto de sentirse unidos contra nadie». Repasamos algunas de sus mejores frases desde entonces.
1. «Nadie nos valorará si no lo hacemos nosotros primero».
2. «Hay que amar lo que se ama, no sentir vergüenza por sentir lo que se siente y perseverar en el difícil trance de sacudir los complejos».
3. «Los límites de España no acaban en los confines marcados por sus fronteras físicas, sino en la demarcación establecida por sus pintores, sus músicos, sus escritores, sus pensadores, sus intelectuales, sus científicos e investigadores y un explosivo pueblo de espíritus libres e indomables. Eso es realmente lo que hacía y hace a España un país grande».
4. «Mi Málaga fenicia, musulmana, romana, picassiana, zambranista. Mando un saludo a todos los pueblos latinos con los que me une en la lengua y en el deseo compartido de soñar y hacerlo a través de la pantalla en movimiento, de eso que llamamos cine».
5. «Para mantener un discurso creíble de amor a tu patria, tiene uno necesariamente que pasar este discurso por el a veces muy doloroso filtro que solo nos da la honestidad, apegada a un sentido crítico, agudo y profundo».
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