Crítica de 'Sociedad negra' (**): Mafias chinas en Barcelona

Un argumento claro, unos ambientes oscuros y que aprovechan la atmósfera de algunos lugares de Barcelona tan exóticos como las Tres Chimeneas, los polígonos industriales o las zonas portuarias. Los personajes clave son dos amigos, un hispano auténtico y perdedor que interpreta Daniel Faraldo y uno al que él llama 'chino' (y lo es de origen aunque habla perfecto catalán) que interpreta Alberto Jo Lee, y un tercer eslabón femenino, una joven también de origen chino, que interpreta Chacha Huang, y que reúne todas las características de la 'femme fatal' del cine negro.

La trama se sigue con facilidad, a pesar de que el director la trocea con un cierto espíritu Tarantino: hay un robo del dinero de la Triada (la mafia china) y hay un antes y un después que la narración va desovillando; hay violencia, acción y una trama romántica que permite el entretenimiento mientras que la historia avanza hacía sus puntos dramáticos; hay, en definitiva, cine fácil de ver, de digerir.

Se supone que Ramón Térmens y Daniel Faraldo pretenden una adaptación fiel del estilo Andreu Martín, rápido, descriptivo, climático, y le añaden algunas gotas de crítica social y de fatalismo personal. El trío protagonista tiene empaque visual y carisma, y algún otro personaje, como el de la policía que encarna Montse Germán, o la madre que interpreta María Galiana, o el villano mafioso que hace Adrian Pang, completan bien esta historia de ambición, violencia, amistad y amores ponzoñosos.