Mercero, el fabricante de Sueños

Con este motivo, ABC reúne dos emotivos textos de sus hijos y, en nombre de todos aquellos que han trabajado con esta figura de la cinematografía española, el cariñoso homenaje del actor Juanjo Artero, que comenzó a sus órdenes su propia carrera, siendo aún adolescente con «Verano Azul».

Genio que sigue

A la hora de definir a Mercero, Artero comenta: «Es el niño que se hizo genio, pero que supo seguir siendo niño». También destaca de él «su sentido del humor. Trabajar era una fiesta, una verdadera gozada. Eramos unos críos de catorce años y en ningún momento nos levantó la voz. Rodar con él era como un juego. Tenía mucha autoridad; si te decía que había que estudiar más te ponía las pilas. En el fondo él mismo era un actor y le veías poniendo la cara del Piraña o de Tito para dirigirlos». Por último, Artero asegura que «yo nací como actor gracias a él y lo considero mi padre profesional; él me enseñó que este es un mundo de sueños donde se puede crear una realidad distinta y se puede hacer jugando».

En un momento como el actual en el que el medio televisivo está en boca de todos -más para mal que para bien- recordar títulos como «Crónicas de un pueblo», «La cabina» o «Verano Azul» y «Farmacia de Guardia» nos hace viajar a los tiempos míticos de la televisión.

Récord de guardia

Este último título -mañana se estrena en Antena 3 una Tv Movie que reune a todos sus protagonistas veinte años después de su emisión- fue la primera comedia de situación de las privadas y con el paso de los años ostenta con sano orgullo el título de ser la serie más vista en la historia de la televisión en España.

Nacido en Lasarte, Guipúzcoa, unos meses antes de la Guerra Civil, Antonio iba para abogado. Estudió y se licenció en Derecho por la Universidad de Valladolid en 1958, pero el cine -«las películas», como él dice- se cruzaron en su camino y obtuvo en 1962 el título de director en la madrileña Escuela Oficial de Cinematografía.

De pronto serio y mirada profunda, en cuanto entablas conversación todos esos malos presagios se diluyen. Mercero es un gran conversador, contador de chistes imposibles, excelente profesional y con una pasión más grande que la del cine: su familia.

Hace unos años, en una entrevista Antonio Mercero confesaba: «No soy un hombre de proyectos, sino más bien de realidades». A la pregunta de si tenemos la televisión que nos dan o la que nos merecemos, dijo: «La que nos merecemos. Si todos fuéramos más exigentes, otro gallo nos cantaría». Gracias a Antonio Mercero, el cine y la televisión están hechos con el material del que están hechos los sueños.