COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
Sumar y restar
Porque de lo que se trata ahora no es de 'sumar', sino de intentar restar votos a los otros, del quítate tú para ponerme yo
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Iniciar sesiónDesde que el pasado martes se publicara en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto por el que se convocan las elecciones locales que tendrán lugar el 28 de mayo, hasta que dé comienzo la campaña electoral –el próximo 12 de mayo– estamos en ... eso que llaman periodo electoral; es decir, desde el pasado martes la ley prohíbe expresamente la inauguración de obras, por ejemplo, y tampoco está permitida la propaganda política en ningún formato que pueda distorsionar el juicio objetivo y transparente del votante –para entendernos, está prohibido pedir de manera directa el voto– de cara a las próximas elecciones. Tal vez por eso, comenzamos ahora la parte más fascinante de la campaña política, la que no se hace ni de palabra, ni de obra y, por tanto, la más difícil. Cualquier declaración, cualquier gesto puede ser utilizado en contra de quien lo hace, o lo que es peor, podrá ser utilizado en su favor, como se ha podido comprobar durante de la Semana Santa en la que, hasta el ateo más recalcitrante se ha dejado caer por las iglesias o por los recorridos procesionales en busca –quién sabe– de un voto que le garantice no tener que hacerlo durante los próximos cuatro años.
Y esto es solo un ejemplo, por lo cercano, de lo que nos queda por ver en las próximas semanas, en los próximos días. Porque de lo que se trata ahora no es de 'sumar', sino de intentar restar votos a los otros candidatos, del quítate tú para ponerme yo y del empujón por las escaleras para sustituir a la primera vedette. Triste, pero cierto. Ya ve, Yolanda Díaz también ha aprovechado la semana para presentar su candidatura a las elecciones generales, basándose en unas líneas estratégicas que van en contra del partido que gobierna actualmente, y que le da de comer, básicamente. Así de loco está el mundo, y así de extraño va a resultarle a la ministra el viaje a unas elecciones municipales a las que no concurrirá con las siglas de su nueva ocurrencia, pero en las que sí estarán presentes todos sus nuevos compañeros –en muchos casos, compitiendo entre ellos mismos– por lo que la, hasta el momento, vicepresidenta del Gobierno no podrá, o no deberá, prodigarse mucho en los actos de campaña.
Y mientras, Pedro Sánchez, que sabe que la eternamente Yolanda no cuenta con estructura –músculo lo llaman ahora– suficiente como para obtener grandes resultados en las elecciones generales, y que también sabe, y lo sabe bien, que el «divide y vencerás» no era solo una cosa de los romanos, anda frotándose las manos y calculando números porque es consciente de que, en este caso, sumar y restar son la misma cosa. Y lo que Yolanda Díaz sume, será lo que reste al resto de formaciones políticas y, al final, serán votos para el PSOE. La ecuación es fácil, todo el voto que vaya para Sumar, será en el fondo un voto para Sánchez.
Porque en esto hemos convertido la política en este país, no en buscar el bien común sino el bienestar particular, a costa de lo que sea, sumando, restando, multiplicando y, sobre todo, dividiendo. Quedan días apasionantes, ya lo verá y ya lo iremos contando. Saque papel y lápiz y vaya echando las cuentas.
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