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pásalo

La Dragontea

Si Lope lo hubiera conocido le habría dedicado a Dragó su Dragontea

Félix Machuca

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Desde el pasado lunes, día en el que su corazón le dijo, como el miocardio suele decir estas cosas, que no podía con su vida, paró en seco su larga e intensa existencia, donde nunca se ausentó el trabajo, las ricas hierbas, las polémicas más ... estimulantes y su denodado empeño en dejar por embustero a Camilo José Cela. El premio nobel se jactaba de que el español que pintaba el maestro Mingote estaba siempre cabreado porque follaba poco y mal. Sánchez Dragó, en cambio, fue mucho más lejos que Lorenzo Lama, aquel rey de las camas de los noventa, para tener siempre un mullido y calentito jergón en uno y cada uno de los puertos donde su bajel pirata anudaba la maroma. Era un tipo que las volvía locas. Un galán de verbo fácil, chispa de pistolete, adicto al himeneo y con la libido siempre en constante bulle bulle. Escribió tanto como se encamó. Y se encamó tanto como su bendita e insaciable voracidad le permitió. A Sánchez Dragó, para hacerle justicia, hay que fecharlo como un prodigio de los de antes de la viagra. Todo en él fue tan desbordante, tan torrencial, tan monzónico como los que lo remojaron en sus visitas al Asia en busca de la eterna juventud y de la espiritualidad de los sidarthas. Desde el pasado lunes, les venía a contar, Sánchez Dragó ya sabe lo que sucede el día posterior a la agonía, dicho al modo de Borges. Ese salto al vacío que tanto le turbaba…

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