Suscríbete a
ABC Premium

pásalo

En descenso permanente

Los españoles estamos como los abuelos de Roquetas, más preocupados por los macarrones que por el Código Penal

Felix Machuca

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Unos pensionistas que pasaban en un hotel de Roquetas de Mar sus bien ganadas vacaciones se han sentido estafados por la dirección ya que, según su paladar, la comida era repetitiva y escasa. Albondigas, pollo y macarrones con tomate es la carta de la que ... se quejan, quizás con más razón que un santo. En Sevilla, los comedores sociales, clamaban la pasada semana por un exponencial crecimiento de la demanda, pasando de dar de comer a ciento cincuenta o noventa demandantes a trescientos, en su mayoría inmigrantes del otro lado del Estrecho. Ir al supermercado a comprar aceite se ha vuelto casi tan temerario como ir a una joyería en busca de unos bonitos y caros pendientes. Y la subida de más de un quince por ciento de los precios de la alimentación, pese a la moderación del IPC, lo vendería el Gobierno como la necesidad de bajar de peso y seguir una estricta dieta en beneficio de nuestra salud. La clase media sigue en descenso permanente. Bajando escalones con la misma celeridad que los subió la pasada década hasta que Lehman brother nos apagó la luz de la fiesta y cerró bajo llaves el champán en la nevera. En palabras de un letrado de Olvera, con el que comparto amistad desde su época universitaria, hoy la clase media trabaja el doble que antes, cobra tres veces menos y paga más impuestos que nunca.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia