TRAMPANTOJOS

Infiernos cercanos

Nuestro campo de batalla cercano está en las Urgencias de los hospitales donde se practica la impiedad por culpa de la gestión económica

Quizás tiene algo de frivolidad contar las tragedias propias de nuestro 'tranquilo' mundo, cuando asistimos como testigos lejanos a dos guerras en directo. Pero es inevitable no denunciar la injusticia y la crueldad cuando la has visto de cerca y la sufres directamente. Hoy nuestro ... campo de batalla está en las Urgencias de los hospitales. A todos nos toca varias veces en la vida atravesar ese infierno, pero hay ocasiones en que la experiencia roza un grado de inhumanidad imposible de callar.

Este domingo entré en ese círculo infernal de las Urgencias del Hospital Virgen del Rocío. El periodismo es trascender la anécdota personal para hacerla universal, porque lo importante no es mi drama sino el de todos. Y allí se ejerce la impiedad humana por culpa de un sistema de gestión económica que no mira el lado perverso que tienen los recortes, los ajustes y los macrodatos.

Ver a ancianos enfermos tratados como ganado no es una escena propia de nuestro sistema sanitario. Sabemos que siempre ha sido así, pero ahora hay algo que se ha quebrado, algo inquietante que convierte el maltrato en natural, lógico y esperado. Porque no es ni debe ser normal dejar abandonado a enfermos que agonizan mientras los llaman para pruebas eternas. No es normal ver al personal sanitario vivir cada minuto situaciones de estrés en un trabajo que debería estar cuidado por su naturaleza frágil. No es normal que los pacientes tengan que esperar más de cinco horas a que llegue una ambulancia o que tengan que aguardar todo un día para su ingreso en una habitación. Porque la sala de Urgencias sirve, además de para el triaje de pruebas, como 'aparcamiento' para los que esperan cama durante horas. Ganado enfermo distribuido para el matadero o para la granja. Cosificación del ser humano, maltrato y crueldad.

Es curioso que esta experiencia me coincida con la puesta en marcha del sistema AviSAS de la Consejería de Salud y Consumo, una aplicación que permite notificar citas para consultas o pruebas diagnósticas. Para los que gestionan desde la ficción de los despachos, la digitalización muestra una apariencia de desarrollo tecnológico y modernidad, aunque sea falsa. Una artimaña para encubrir que esas pruebas diagnósticas enviadas con rapidez digital en realidad tardan horas de dolor e infinita paciencia para un enfermo que agoniza en Urgencias. Es como la cara de dos mundos: el de la mentira disfrazada de propaganda y el de la salvaje realidad.

Ni siquiera la excelente profesionalidad de los trabajadores sanitarios logra salvar este caos. Lo que sería justo es que los que gestionan desde la lejana comodidad de los cargos pasearan por las zonas de combate de los hospitales. Si han experimentado una noche en Urgencias y han decidido hacer recortes y devolvernos propaganda, es que son alimañas sin compasión. Sí, la guerra está ahora en Ucrania y en Gaza, pero aquí también tenemos nuestras propias guerras y muchos infiernos cercanos.

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