No me suena bien

Prometer en campaña que nunca pactarías un gobierno con Podemos porque te quitaría el sueño y firmar el acuerdo con el responsable de tu insomnio unas horas después de las elecciones. No me suena bien. Nombrar a tu ministra de Justicia fiscal general del Estado y luego preguntar en público que de quién depende la Fiscalía. No me suena bien. Acercar a los presos de ETA al País Vasco de manera subrepticia y acordar con Bildu la ley de Memoria a cambio de su apoyo en las Cortes. No me suena bien. Mandarle una carta a hurtadillas y con faltas de ortografía al rey de Marruecos para comunicarle un giro de España en el Sahara justo después de que se desvele que te han espiado el móvil. No me suena bien. Echar a la directora del CNI en pleno escándalo de Pegasus. No me suena bien. Anunciar que vas a eliminar el Ministerio de Defensa porque eres un pacifista de la leche y prometerle a Estados Unidos que vas a incrementar el gasto militar. No me suena bien. Permitir que tu socio de gobierno insulte al Jefe del Estado y promueva el ostracismo del Rey que lideró la Transición. No me suena bien. Controlar la propaganda adueñándote del CIS y del INE y tomar el poder en la empresa pública encargada de contar los votos. No me suena bien.

Se me olvidan muchas cosas, pero creo que con esta lista podemos ir tirando. Lo importante en toda copla es que tenga un final apoteósico. Por ejemplo, que los últimos versos los cante el propio Pedro Sánchez: «Madrid, Castilla, Andalucía. La mayor inflación desde los ochenta. García Page calentando a los barones, Guerra largando sin piedad y Felipe dando palitos en público... No me suena bien».