Suscribete a
ABC Premium

PERDIGONES DE PLATA

Tocar la carita

Cuando una mano contactaba impertinente contra el rostro del otro se cruzaba la sagrada frontera

El ministro y las diferencias (29/9/2023)

La plaga (25/9/2023)

Ramón Palomar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Tocar la carita de alguien que no forma parte de tus amistades íntimas, en los bares broncos y coperos de antaño, suponía una declaración de guerra y entonces volaba el reparto de galletas gratuitas exigiendo justicia y reparación ante el atropello. Tocarle la carita al ... otro era algo muy serio, muy faltón, muy de irrespetar al prójimo. Cachetear la mejilla de alguien representaba peor agravio que un pisotón más o menos inocente o una mala mirada teñida de resentimiento. Cuando una mano contactaba impertinente contra el rostro del otro se cruzaba la sagrada frontera y sólo tenías dos salidas: o largarte humillado del garito o responder como Victor McLaglen en las películas de Ford, o sea mediante un guantazo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia