Mientras tanto, Begoña y David…

La última maniobra puesta en marcha por este maestro del despiste se sirve de la tragedia que tiene lugar en Gaza para conseguir que no hablemos de las andanzas de su mujer, su hermano, sus dos secretarios de organización, la financiación de su partido o su fiscal general. En un alarde de desvergüenza, ha ordenado a Álvaro García Ortiz, procesado por un delito de revelación de secretos, que abra una investigación sobre lo que acontece en el territorio palestino dominado por Hamás y la ponga en manos de Dolores Delgado, exministra de Justicia sanchista. ¿Cabe pirueta más descarada? No seré yo quien discuta que la masacre de civiles perpetrada por el Gobierno de Netanyahu en la Franja sobrepasa de largo lo aceptable en términos legales o humanitarios. El líder israelí habrá de responder de sus actos ante la Corte Penal Internacional. Pero España no es un actor relevante en ese escenario. Pudo haberlo sido con otro tipo de liderazgo y lo fue cuando albergó la Conferencia de Paz de Oriente Medio. Hoy carece de peso internacional suficiente para ejercer la menor influencia, lo que convierte ese gesto en puro teatro para consumo interno.

Lo único que mueve a Sánchez a encabezar esta cruzada es el empeño de tapar los graves apuros de su familia, acorralada en los tribunales. A saber; las turbias relaciones de Begoña Gómez con los Hidalgo, de quienes recibió un generoso patrocinio para su Africa Center en pleno rescate de Air Europa autorizado por su marido. La utilización por su parte de una empleada del Ministerio de la Presidencia, a sueldo de los españoles, como secretaria particular dedicada a realizar gestiones con la Complutense (más de doscientos 'emails') o con empresas cotizadas a las que desde un correo oficial se solicitaba «colaboración» con los negocios de la señora. Los testimonios que la sitúan ejerciendo de pagadora en los prostíbulos de su padre. La estancia clandestina de David Sánchez junto a su esposa en el Palacio de la Moncloa mientras él declaraba a Hacienda que residía en Portugal para así ahorrarse los impuestos confiscatorios promulgados por su 'hermanísimo' aquí. O sea, un rosario de presuntos delitos penados con años de cárcel. Mucho mejor hablar de Gaza, ¿Verdad?