Un césped menos intensivo en agua

El césped que pisarán Cristiano Ronaldo o su excompañero Gonzalo Higuaín será natural. No obstante, los expertos pronostican que «en un futuro no demasiado lejano el césped sintético predominará no solo en el fútbol base, sino también en todas las competiciones internacionales de balompié», explican desde Signus , el sistema colectivo de gestión de Neumáticos Fuera de Uso (NFU) que opera en España. Y ponen como ejemplo el último mundial femenino (Canadá, 2015), que se jugó íntegramente en césped artificial; así como distintos partidos clasificatorios de la Eurocopa 2016 (Francia) o de la fase previa de la Copa del Mundo 2018 (Rusia).

«El caucho , por sus propiedades, puede emplearse como relleno de la fibra sintética del césped artificial o como base elástica de éste, aportando numerosas ventajas: la reducción del consumo de agua, la mayor durabilidad del granulado, su resistencia a los rayos ultravioleta y al ozono o la buena sensación de confort del usuario», explica Leticia Saiz, responsable de Desarrollo de Mercados y Aplicaciones de Signus.

El proceso para conseguir los gránulos de NFU para relleno del césped artificial consiste en triturar los neumáticos , seleccionando por un lado el caucho y por otro, el acero y el textil, que se destinan a otras aplicaciones, detalla Fernando Guijarro, director general de Composan . Esta empresa española utiliza los NFU desde el año 1999, cuando comenzó a instalar campos de fútbol con césped artificial. «Desde el año 2005 también lo fabricamos en nuestra factoría de Valdemoro (Madrid)», comenta Guijarro. «Nos pareció un mercado interesante y el NFU era el producto que mejor cumplía con las especificaciones de la FIFA », asegura. Para cubrir la superficie de un campo de fútbol 11 se necesitan 20.000 neumáticos.