El esturión beluga, en peligro de extinción

Los ecologistas aseguran que no hay, hoy por hoy, ninguna esperanza de que los esturiones puedan sobrevivir en estado salvaje. Además, añaden que criarlos en piscifactorías o granjas, método que se está llevando a cabo para abastecer la creciente demanda del mercado, puede acarrear graves riesgos. En las piscifactorías se está embarazando a los esturiones belugas a los siete años de edad, cuando la naturaleza no les considera sexualmente maduros, y por lo tanto, aptos para poner huevas, hasta los 12 años. Los técnicos todavía son más precoces con las otras especies de esturión, a las que quieren hacen criar a los 4 años.

Para conseguir estos retos motivan a las hembras de esturiones con hormonas para que queden preñadas. Sin embargo, los científicos reconocen que la mejor técnica sería utilizar hormonas de esturiones. Sin embargo, éstas escasean y no tienen suficientes por lo que deben usar hormonas de otras especies. Lo mismo sucede cuando se las somete a un tratamiento de fertilidad, lo natural sería utilizar el esperma de esturión de la especie con la que se está trabajando. No obstante, de nuevo, se utilizan diferentes tipos de esperma. Así pues, las especies que existen actualmente en los mares y, posteriormente, en las lonjas y mercados de todo el mundo son híbridos y mutantes de esturión, según los ecologistas.

Los estudios estiman que al menos el 95 por ciento del caviar procede del mar Caspio donde la pesca legal del esturión ha caído en picado de 22.000 toneladas a menos de 1.000 en los últimos 20 años. Asimismo, las reservas en esta zona del planeta han descendido en casi un 90 por ciento en las últimas dos décadas como consecuencia directa de la contaminación que ha afectado drásticamente su ambiente marino, la pesca indiscriminada, el contrabando y la creciente demanda de este producto en los países occidentales, especialmente en Estados Unidos.

Antiguamente, el esturión estaba protegido por la Unión Soviética y por Irán -el primer productor mundial de caviar-. Sin embargo, con el fin de la Guerra Fría y la fragmentación de la URSS, el control quedó repartido entre Rusia, Kazajstán, Azerbaiyán y Turkemenistán. Esta parcelación de las responsabilidades ha hecho incrementar el número de pescadores furtivos que no se conforman sólo con los ejemplares adultos, que pueden llegar a pesar unos 1.200 kilogramos, sino que pescan muchos jóvenes.

Para intentar detener este problema, Rusia, Azerbaiyán, Turkmenistán y Kazajstán acordaron detener la captura del esturión, como medida para impedir que se declare una veda internacional a la pesca del esturión y a la exportación del caviar desde estos países. La ONU, que ha criticado fuertemente a estos cuatro países por no controlar el daño al medio ambiente y la pesca indiscriminada, había advertido que impondría una reducción del 80 por ciento en las cuotas de exportación e, incluso, una prohibición total. Estas medidas adoptadas por los productores del Caspio han generado un aumento del precio del caviar en el mercado.

Sin embargo, los amantes de este delicado manjar siempre podrán tener acceso al caviar iraní que no enfrenta las prohibiciones decretadas debido al estricto control que ejerce sobre sus reservas de esturión.

Además, el esturión beluga sufre, aparte de los mencionados, otro problema, aunque ajeno a los causados por la intervención del hombre. En las aguas donde habita se ha instalado un fuerte competidor. Se trata de una especie de medusa que peina el fondo marino comiéndose, a su paso, algunas especies marinas de las que se alimenta el espadín, principal sustento de la dieta del esturión.