El esperado «Boom» de coches eléctricos choca con el temor ante el Euro 7

De todos modos, 2022 ha sido un año complicado para las ventas de automóviles marcado por factores como la guerra en Ucrania, el aumento de los costes energéticos y de carburantes o el incremento de la inflación y los tipos de interés que han condicionado la decisión de compra de los usuarios, según la valoración de la Asociación de Fabricantes Anfac.

Todas las esperanzas están puestas en la recuperación a lo largo de 2023, aunque las esperanzas del gobierno y las previsiones de los fabricantes de vehículos en Europa parece que en este inicio de año llevan caminos divergentes.

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Así, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, espera que en los próximos meses se produzca un «boom notable en la penetración del vehículo eléctrico en España», si bien ha considerado que para ello también es necesario que se abaraten este tipo de automóviles.

Ribera ha señalado durante un encuentro organizado por el Club Diálogos para la Democracia que en los dos últimos años hubo un «parón» en lo que a la penetración del vehículo eléctrico se refiere. Ese «parón» se produjo, según Ribera, «cuando ya toda la patronal del automóvil se había convencido de que (el vehículo eléctrico) era la gran apuesta estratégica para la modernización y transformación, así como para generar atractivo« para las inversiones de las casas matrices de las empresas automovilísticas en España.

Entre las principales barreras para una mayor penetración de los vehículos eléctricos en el país se encuentran, según la ministra, los precios la autonomía de las baterías y la infraestructura de recarga. Respecto a los precios ha bromeando haciendo referencia a cuándo podría llegar a España el «600 eléctrico», es decir, «un modelo asequible y que pudiese popularizar la tecnología eléctrica».

Estas buenas expectativas por parte del gobierno español chocan de frente con las cifras, ya que con 78.329 turismos electrificados vendidos en 2022, el mercado nacional no alcanza el objetivo de 120.00 unidades, necesario para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones marcados por el PNIEC para 2030.

El mercado electrificado mejora en España respecto al año anterior, pero su ritmo de entrada es lento y solo representa el 8,8% del mercado total, muy lejos de la media de Europa. Alemania es el ruedo de mayor volumen en Europa. En 2022, el país acabó con un crecimiento del 1,1% en sus cifras de ventas, con 2,65 millones de matriculaciones. De estas, 362.093 fueron híbridos enchufables y 470.559, eléctricos puros, con unas cuotas de mercado del 13,7% y del 17,7%, respectivamente.

Pero también en Alemania y en los países donde la electrificación es mayoritaria aparecen los primeros tropiezos para el coche eléctrico, como consecuencia de la crisis energética derivada de la guerra en Uncrania. Por ejemplo, los operadores eléctricos alemanes han alertado de una sobrecarga extra, ya que se suma la recarga de los coches eléctricos en los puntos de carga públicos con las de los particulares en sus cargadores domésticos, y las calefacciones tanto en domicilios como en establecimientos comerciales. Como posible solución se estudia limitar la potencia de carga en los cargadores particulares, lo que reduciría en gran medida el atractivo de los coches eléctricos, que tendrían que recurrir a puntos de recarga públicos, más caros.

También el Consejo Federal suizo anunció el 23 de noviembre de 2022 un conjunto de medidas para ahorrar energía en caso de una posible falta de suministro provocado por la guerra en Ucrania. Aunque por el momento se trate de un borrador, se contempla la limitación de uso de los coches eléctricos. En el peor de los escenarios posibles, el gobierno Suizo baraja no autorizar el uso privado de vehículos eléctricos salvo para los trayectos absolutamente necesarios (por ejemplo, para ir a trabajar, hacer compras o asistir al médico, a eventos religiosos o a citas jurídicas).

En Francia se baraja igualmente limitar la carga de este tipo de vehículos a unas horas determinadas de los días laborables, entre las 8 y 13 horas y entre las 18 y 20 de la tarde, según la operadora de la red eléctrica francesa, RTE, en caso de que se agudice la crisis energética.

Una zancadilla más ha puesto en alerta a los fabricantes de vehículos agrupados en ACEA, ya que si bien la práctica totalidad de las marcas están centrando sus esfuerzos en ampliar sus gamas de vehículos eléctricos y electrificados, los planes trazados desde la Unión Europea para la descarbonización pueden desde su punto de vista tener un efecto contrario al deseado.

Según la directora general de Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, Sigrid de Vries, «las regulaciones europeas sobre emisiones de dióxido de carbono (CO2) corren el riesgo de ralentizar el camino hacia la descarbonización del sector automovilístico».

De Vries se ha referido así al acuerdo alcanzado entre la Comisión Europea, el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo que prohíbe la comercialización de vehículos de combustión interna en la Unión Europea (UE) a partir de 2035 y a la normativa Euro 7 que restringe los estándares de las emisiones contaminantes para automóviles y furgonetas.

En ese sentido, De Vries advierte de que el acuerdo tripartito «requiere inversiones masivas en electrificación», mientras que la propuesta Euro 7 representa «un fuerte gasto en el motor de combustión».

Sobre la prohibición de la comercialización vehículos de combustión interna en la UE a partir de 2035, De Vries ha considerado que se trata de una «decisión sin precedentes» que implica que la UE será la «primera y única» región del mundo en la cual los automóviles serán totalmente eléctricos. En cuanto a la propuesta de Euro 7, desde ACEA han considerado que se trata de una medida «contraproducente», porque «corre el riesgo de ralentizar» la transición hacia el transporte sin emisiones.