El gremio de los 50 ladrones de pisos

Fuentes policiales indicaron a ABC que en la demarcación de la Policía Nacional (la capital y otros 14 grandes municipios, 5 millones de personas) operan entre 40 y 50 ladrones especializados en este tipo de robos con fuerza. Hablamos de asaltos que normalmente se producen cuando los moradores no están en la vivienda y forzando las cerraduras.

«El incremento se está notando desde principios de año, sobre todo desde febrero y marzo », explica un mando policial. «Se está deteniendo a gente multirreincidente e intentando lograr una coordinación mayor con jueces y fiscales para conseguir que estos delincuentes entren en prisión preventiva cuando son arrestados», añade.

Como ocurre con los robos en comercios , la ley sigue siendo muy laxa en aquellos casos en los que los propietarios no están presentes durante los asaltos o no son víctimas de ningún tipo de violencia ni intimidación. Es lo que se denomina penalmente robo con fuerza : al atentarse directamente contra el patrimonio, y no contra las personas, la prisión provisional se vuelve una medida aún más extraordinaria de lo que de por sí está considerada. Una situación que se espera que cambie con la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal , aún en proyecto.

La actividad policial, antes de ese repunte, estaba consiguiendo contener la escalada de robos en viviendas . Sin embargo, la tendencia se ha roto. Y la cosa no va por distritos, especialmente, sino que afecta al conjunto del territorio. En cuanto al perfil de estos delincuentes, las principales nacionalidades implicadas son los rumanos, croatas, bosnios y españoles . También se están dando caso de georgianos con pasaporte búlgaro, y viceversa , que utilizan identidades falsas.

No sólo se mueven por Madrid, aunque estén asentados en la capital. «Los hay que están involucrados en quince hechos delictivos, pero sólo pueden probarse una docena, y cuentan con detenciones en provincias del sur de España o del Levante», detallan nuestras fuentes.

Mujeres para disimular

El «modus operandi» viene a ser casi siempre el mismo. Van en grupos pequeños , de dos o cuatro personas, en los que suelen procurar incluir a alguna mujer bien vestida, porque levantan menos sospechas. Si bien antes era normal que actuaran entre semana y al mediodía o por la mañana, son cada vez más frecuentes los robos en fin de semana: «Buscan así mayor seguridad de que no haya nadie dentro del piso». Suelen subir hasta la última planta del edificio y llaman a las puertas del rellano, hasta que se aseguran que no hay nadie en las viviendas. Si el morador en cuestión les abre la puerta, preguntan por algún vecino, para simular un despiste.

Si ven que no hay moros en la costa, bien intentan abrir la puerta por el método del resbalón (pasando una fina lámina de plástico, como una botella cortada o una radiografía por el cierre), en caso de que el dueño no haya echado la llave. Es la manera menos aparatosa de penetrar en la vivienda. Pero si la llave está echada, no dudan en reventar el bombín con un taladro o sacar todo el cilindro con destornilladores especiales . Luego practican el resbalón y ya están dentro. Y así por medio bloque.

Rápidamente, abren cajones y armarios , para arramplar con todo lo que sea de valor y de tamaño pequeño: dinero, joyas y material electrónico son sus preferencias. Luego, les dan pronta salida en el mercado negro , a ser posible, fuera de Madrid.