El empresario de O Carballiño detenido negó pagos que Liñares reconoció

Tras más de una hora de interrogatorio en septiembre de 2012, en el cual la juez sorprende al detenido con la cantidad de datos que conocía de él y su relación con el principal implicado en la «Pokemon», el empresario de O Carballiño rompe a llorar y asegura que no le dio «ni un duro» a Liñares. Pilar de Lara, quien le pide que se tranquilice, le había advertido de que Liñares reconoció que recibió de José Daniel Blanco 25.000 euros en seis o siete entregas, aparte de regalos como «un cabritillo» o «conejos y perdices» y que le realizó trabajos gratis en sus propiedades tras el encargo de obras por parte de la CHMS.

Lo único que reconoce el empresario de O Carballiño es haberle limpiado a Liñares una finca y haberla replantado con eucaliptos, a cambio de quedarse con la madera de roble extraída de esa parcela, que vendió. No obstante, la juez le lee transcripciones de pinchazos telefónicos y le pone la misma grabación de conversaciones hasta en dos ocasiones para dejar patente que agasajaba al político con «bichos» o que hablaban de que le hacía pagos. «Yo a Liñares no tengo que pagarle nada», asevera el interrogado, pero la jueza insiste en preguntarle si «esperaba a que le fueran certificando las obras para ir pagando periódicamente, porque Liñares dice que sí». «Eso no puede ser», replica, desconcertado, el detenido, a quien Pilar de Lara llega a advertirle en otro momento: «Sabemos hasta lo que comieron». «Yo quería mejor verme muerto que así», confiesa nervioso el interrogado.

Posteriormente, este empresario aparece también mencionado en un anónimo dirigido a la juez, que originó que ordenase investigar la titularidad de un aserradero y pagos a esta empresa para averiguar si se corresponden con el abono de facturas para surtir de material a una obra en la casa del diputado y exsecretario xeral del PSdeG, Pachi Vázquez, en San Amaro (Orense). El manuscrito dice que el cierre de la finca se hizo con «postes de madera que fueron encargados y abonados por el empresario de Carballiño Daniel», en referencia a José Daniel Blanco Fernández.

Tanto José Daniel Blanco como su esposa Olga González Fernández fueron detenidos en septiembre de 2012 y, tras pasar a disposición judicial, quedaron en libertad sin fianza, pero acusados de los supuestos delitos de cohecho y tráfico de influencias.