Los Shinawatra vuelven por fin al poder en Tailandia

Curiosamente, Paetongtarn llega al Gobierno tras las carambolas políticas y judiciales que se han sucedido desde las elecciones celebradas en mayo del año pasado, en las que su partido, 'Pheu Thai' ('Por Tailandia'), quedó en segundo lugar. Dichos comicios los ganó con contundencia el partido reformista 'Move Forward' ('Hacia Delante'), pero su candidato, Pita Limjaroenrat, no pudo formar Gobierno por el rechazo del Senado, controlado por ley por los militares que llevaban en el poder desde el golpe de 2014.

Rompiendo su alianza ideológica con 'Hacia Delante', la formación de Paetongtarn Shinawatra se unió entonces a una decena de grupos conservadores, entre ellos sus más acérrimos enemigos del pasado, para nombrar primer ministro a uno de sus cuadros, Srettha Thavisin.

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Todo apunta a que su designación formaba parte de un acuerdo más amplio para permitir el regreso de su padre, Thaksin Shinawatra, quien llevaba quince años exiliado para eludir una condena por corrupción y volvió el mismo día del nombramiento de Thavisin para cumplir una pena reducida de ocho años. Apenas un año después, el Tribunal Constitucional destituyó el miércoles al primer ministro, Srettha Thavisin, por fichar para su gabinete a un antiguo abogado condenado a seis meses por intento de soborno.

Tras su caída, la elección de Paetongtarn en el Parlamento marca la vuelta de los Shinawatra al poder, pero de la mano de unos aliados muy distintos a los que conforman su tradicional base de electores. Tanto su padre Thakshin, un antiguo policía que se convirtió en magnate de las telecomunicaciones, como su tía Yingluck fueron votados de forma abrumadora por los llamados 'camisas rojas'. Así se conoce a las masas campesinas y más humildes que, beneficiadas por sus subsidios rurales y programas sociales, se oponen a los 'camisas amarillas', las élites urbanas y tradicionalistas que apoyan el rey y al Ejército, que ha protagonizado una docena de golpes de Estado durante el último siglo.

Entre ellos ha surgido una «tercera Tailandia», más joven y progresista, que surgió de las protestas por la democracia de 2020 y votó en masa al partido 'Hacia Delante' el año pasado. Pero su propuesta de recortar el enorme poder de la monarquía, que no puede ser criticada por los severos delitos de 'lesa majestad', no solo le impidió formar Gobierno, sino que le ha costado su desaparición. A principios de mes, el Tribunal Constitucional disolvió esta formación y prohibió durante una década a once de sus dirigentes, pero el resto de sus diputados han formado un nuevo grupo parlamentario llamado Partido Popular.

Mientras su líder y ganador de las últimas elecciones, Pita Limjaroenrat, está vetado, la candidata que quedó en segundo lugar, Paetongtarn Shinawatra, es ahora primera ministra gracias al apoyo de los antiguos enemigos de su padre. El enigma es saber cuánto durará este matrimonio de convivencia, que podría alargarse hasta que Thaksin consiga el perdón real para salir de la cárcel o el Ejército dé otro golpe de Estado si no le gusta el color que tomen las camisas en el Gobierno de Tailandia.