El ex primer ministro prófugo Thaksin Shinawatra regresa a Tailandia tras quince años en el exilio y acaba en prisión
El influyente político afronta hasta ocho años de cárcel en un proceso legal conectado con el futuro político del país
Thaksin Shinawatra, el 'Berlusconi asiático' de Tailandia
Corresponsal en Pekín
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Iniciar sesiónQuince años han tenido que pasar para que Thaksin Shinawatra vuelva a pisar Tailandia. El antiguo primer ministro, cuya figura dividió la sociedad en amor y odio, ha aterrizado este martes dispuesto a afrontar las penas de cárcel que le aguardan desde el comienzo ... de un exilio autoimpuesto concluido hoy. Aunque su suerte podría estar ligada, una vez más, a la del país.
Shinawatra ha tomado tierra a las nueve de la mañana –hora local– en la zona de vuelos privados del aeropuerto Don Mueang, el segundo de Bangkok. Al cabo de media hora ha realizado una breve aparición, escoltado por sus tres hijos y varios agentes de policía, ante los miles de seguidores que aguardaban su llegada ataviados con el color rojo que caracterizó a su movimiento. Sonriente, ha juntado las palmas de sus manos para dedicar a la multitud un «wai», saludo típico tailandés.
Policía convertido en empresario de las telecomunicaciones convertido en político populista, Shinawatra obtuvo en 2001 una mayoría gracias a un programa dadivoso repleto de ayudas directas para áreas rurales. En 2005, convertido en el primer líder electo en completar una legislatura desde que en 1932 Tailandia instaurara una monarquía constitucional –apenas un siglo interrumpido por una docena de alzamientos–, arrasó.
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Iniciativas como la sanidad universal y los microcréditos agrícolas le granjearon el favor inquebrantable de los desamparados a cambio de la antipatía sigilosa de las élites, elevada a desafío explícito cuando en 2006 el Ejército le derrocó. En 2008, con las aguas judiciales al cuello, optó por el exilio voluntario. Desde entonces, a caballo entre Londres y Dubái, aferraba en la distancia las riendas de la mitad de Tailandia.
La Justicia acabó por condenarle 'in absentia' a doce años de cárcel por cuatro casos independientes de malversación, abuso de autoridad y fraudes. La primera de estas acusaciones, motivada por la compra de un terreno público por debajo del precio de mercado, ya ha prescrito, pero en la cuenta de Shinawatra todavía faltan por pagar diez años.
Por este motivo, a ojos de las autoridades el exmandatario es, por encima de cualquier otra condición, un fugitivo. Como tal, desde el aeropuerto ha puesto rumbo directo al Tribunal Supremo. El organismo ha adelantado por medio de un comunicado oficial que pasará ocho años entre rejas. No obstante, resta el recurso al perdón real. Shinawatra, de hecho, ha presentado sus sentidos respetos, ofrenda floral y genuflexión incluidas, ante el retrato de Rama X que preside la entrada a Don Mueang.
Enemigos íntimos
Este sustancial retorno hace realidad la voluntad de Shinawatra, quien desde su huida expresó el deseo de «morir en suelo tailandés»; también los reiterados anuncios de su hija Paetongtarn Shinawatra, líder de Pheu Thai, partido que representa los intereses del clan. «Papá ha vuelto a Tailandia y ha iniciado su proceso legal», ha confirmado ella a través de su perfil oficial en Facebook.
El aterrizaje ha coincidido, además, con el tercer y definitivo intento de formar gobierno, el cual ha corroborado este martes por la tarde un pacto inaudito entre los conservadores próximos a la Junta Militar y los populistas de Pheu Thai, fuerzas rivales que durante el último cuarto de siglo se han disputado el poder, recurriendo en ocasiones a la violencia social. Dicho movimiento trata de desplazar a ‘la tercera Tailandia’ que se ha abierto paso entre ambas: Hacia Adelante, una plataforma reformista que ganó las elecciones del pasado mayo con la promesa de limitar el papel del Ejército y la Casa Real.
Desde entonces, el aparato ha impedido hasta en dos ocasiones la institucionalización de un nuevo ejecutivo. Pheu Thai, el segundo partido más votado en los comicios, defendió en un primer momento la necesidad de conformar un frente prodemocracia, pero tras el fracaso de las tentativas optó por liderar una coalición propia, sustituyendo a Hacia Adelante por grupos próximos al Ejército, con cuyo apoyo invistió este martes al magnate inmobiliario Srettha Thavisin como nuevo primer ministro. El giro de la formación ha avivado los rumores sobre un posible gran pacto para mantener el ‘statu quo’ a costa de la voluntad popular, el cual incluiría una fórmula para que, quince años después, Shinawatra regrese tan dócil como indemne.
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