Nueva York elige a un alcalde socialista y musulmán: Zohran Mamdani se impone a Andrew Cuomo

El resultado confirmaba el ascenso improbable del candidato socialista, de 34 años, que ha sabido utilizar su mensaje populista de izquierdas en las aguas turbulentas de la política de EE.UU.

Zohran Mamdani, favorito en las elecciones a la alcaldía de Nueva York: socialista, inexperto y musulmán

Nueva York elige a un alcalde socialista y musulmán: Zohran Mamdani se impone a Andrew Cuomo reuters

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York

Lo impensable se hizo realidad este martes por la noche en un teatro monumental en el centro de Brooklyn. Zohran Mamdani, el joven socialista que ha sido la sensación política de este año en EE.UU., se subió al escenario convertido en el ganador ... de la elección a la alcaldía de Nueva York, la mayor ciudad de EE.UU., y su capital cultural y económica.

«El poder es vuestro, la ciudad os pertenece», proclamó Mamdani a los miles de seguidores congregados allí y a las decenas de miles que lo seguían por la pantalla en centenares de fiestas de celebración de los resultados por toda la ciudad.

Su victoria era esperada, después de haberse impuesto en las primarias demócratas del pasado junio y habiendo llegado al final de la campaña con una ventaja cómoda en las encuestas frente a su principal rival, Andrew Cuomo, el exgobernador del estado de Nueva York. Con más del 91% de los votos escrutados, Mamdani obtenía algo más del 50% de los apoyos, frente al 41,6% de Cuomo.

Pero, aunque fuera esperada, esta victoria no deja de ser un calambrazo fenomenal a la política de la Gran Manzana y de más allá: Mamdani es joven e inexperto –34 años y solo cinco de ellos como diputado en la Asamblea estatal–, ha defendido un programa indisimuladamente socialista en la capital financiera global y, cuando jure su cargo en enero, será el primer alcalde musulmán de Nueva York (o de cualquier otra gran ciudad de EE.UU.). En la Gran Manzana, se estima que hay un 10% de población musulmana, pero su peso político hasta ahora ha sido insignificante.

Sobre el escenario, la sonrisa amplia de Mamdani, una de sus marcas políticas, se abría una vez más ante el éxtasis que le recibió cuando apareció a celebrar la victoria. «Soy joven, pese a mis esfuerzos para envejecer. Soy musulmán. Soy un demócrata socialista. Y lo peor de todo, me niego a pedir perdón por nada ello», dijo ante el estruendo de su parroquia.

Desde que anunció su intención de presentarse a la alcaldía hace un año –entonces se le tomaba como un candidato anecdótico, no le conocía absolutamente nadie–, Mamdani ha hecho un uso maestro de las redes sociales y de su imagen fresca y afable, y ha sabido movilizar al electorado joven, el músculo de su campaña.

Una de las claves de la noche electoral fue la enorme participación, la mayor desde finales de la década de 1960, cuando la implicación política era mucho mayor. Buena parte de la victoria tiene que ver con el protagonismo de los jóvenes, que son el núcleo del ejército de 105.000 voluntarios con los que Mamdani ha peinado los barrios de toda la ciudad durante meses.

Fiesta desenfrenada

«Gracias a la siguiente generación de neoyorquinos que se negaron a aceptar que la promesa de un futuro mejor era una reliquia del pasado», dijo. Fuera del teatro, estallaba la alegría, en una noche de claxones, gritos de 'Zohran, Zohran', banderas palestinas –su posición contra Israel ha motivado a parte del electorado– y fiesta desenfrenada. En pocos lugares como en la fiesta de los Demócratas Socialistas de América (DSA), la facción izquierdista de los demócratas, a la que pertenece Mamdani y que aboga por los recortes a la policía, la salida de EE.UU. de la OTAN o las puertas abiertas para la inmigración.

«En la izquierda no estamos acostumbrados a triunfos así», reconocía a este periódico Jeremy Fowles, eufórico, en la cola para entrar, con la chavalería bebiendo cerveza y dándose abrazos.

No le faltaba razón. Pero Mamdani ha sabido utilizar su mensaje populista de izquierdas en las aguas turbulentas de la política de EE.UU.: la conmoción por la agresividad de Donald Trump en su regreso al poder, el hastío con el coste disparado de la vida en Nueva York, el hambre por un mensaje de cambio y la desafección con el 'establishment' del Partido Demócrata.

«Con todo lo difícil que ha sido la campaña, eso ha sido la parte fácil. Lo complicado viene ahora», aseguraba Fowles. También acertaba, porque Mamdani ha prometido un cambio radical para Nueva York, con propuestas socialistas de ejecución complicada, que ahora sudará para llevar a cabo: congelamiento de buena parte de los alquileres, gratuidad de los cuidados infantiles de 0 a 5 años, autobuses gratis, aumento de los impuestos a las rentas más altas y a las empresas o tiendas de comestibles públicas.

Los neoyorquinos aguardan ante el anuncio del resultado de las elecciones a la alcaldía AFP

En su discurso, comparó la ambición de su agenda con la de Fiorello Laguardia, alcalde de la ciudad entre 1934 y 1946, uno de los regidores más recordados. Pero en sus palabras había más idealismo y grandes frases que concreción sobre cómo cumplir con sus propias expectativas: «La esperanza está viva», «elegimos esperanza frente a tiranía, esperanza frente a desesperanza», «respiramos el aire de una ciudad que ha renacido»… Y una frase prestada del líder histórico socialista de EE.UU., Eugene Debs, con la que inició su discurso: «Puede ver el amanecer de un mejor día para la humanidad».

La cita de Debs fue solo un detalle de la intención de Mamdani de no renunciar a su izquierdismo. En su propia papeleta, marcó su nombre como candidato del Partido de las Familias Trabajadoras –organización izquierdista– no del Partido Demócrata.

«Las recetas socialistas son una garantía de fracaso», criticaba Michael, un joven que no quiso dar su verdadero nombre, fuera del teatro donde Mamdani celebraba la victoria. «La ciudad solo va a empeorar, a ser más pobre e insegura», añadía.

El nuevo alcalde tendrá también que demostrar que la moderación de su mensaje en la recta final de la campaña no ha sido solo una estrategia electoral. Entre sus debilidades políticas estaban su activismo en las protestas antiisraelíes por la guerra en Gaza, en las que usó eslóganes como 'globalizar la intifada' o 'desde el río hasta el mar, Palestina será libre'. También calificó a la policía de «racista» durante las protestas que siguieron al asesinato de George Floyd en 2020 y defendió los recortes presupuestarios a la policía. En campaña, ha matizado o abandonado esas posiciones.

Adiós al 'establishment'

La victoria de Mamdani es también la derrota del 'establishment' demócrata, representado por su gran rival en esta cita con las urnas:, Cuomo. El exgobernador del estado de Nueva York,, que dimitió de ese cargo en 2021 en medio de un escándalo de acusaciones de agresiones sexuales, concurrió en las primarias del pasado junio como el candidato del partido, con el apoyo de sus grandes donantes. Los votantes demócratas le pegaron una voltereta y eligieron a Mamdani, que hizo del coste de la ciudad su mensaje principal y de Cuomo el centro de sus ataques.

Pero Cuomo decidió seguir en campaña y se presentó como independiente, en un intento de aglutinar el voto 'anti Zohran'. Pero ni la retirada de otro candidato independiente –Eric Adams, el actual alcalde, afectado por los escándalos de corrupción– ni el apoyo de última hora de Trump –pidió a los republicanos que fueran en masa a votar a Cuomo y no al candidato de su partido, Curtis Sliwa– han doblegado a Mamdani.

La victoria del socialista abre un nuevo ciclo político en Nueva York –esperanzador para algunos, desolador para otros–, pero también más allá. Primero, porque Mamdani y su discurso son el enemigo perfecto para los ataques de Trump contra los demócratas. Algo que el próximo alcalde ya demostró en su discurso que tampoco va a dejar de aprovechar: «Para coger a cualquiera de nosotros vas a tener que atravesarnos a todos nosotros», le dedicó, en una advertencia sobre la posibilidad de que el presidente de EE.UU. arrecie sus redadas contra inmigrantes indocumentados u ordene el despliegue del ejército.

Lanza el mensaje de que el Partido Demócrata no aguantará mucho más si sigue negando su futuro, si sigue despreciando a nuestros jóvenes»

Alexandria Ocasio Cortez

Pero, además, porque la victoria del socialista renovará el debate en su partido: los izquierdistas del Partido Demócrata no tardaron en utilizarla para defender que ese es el camino que deben seguir en todo el país. «Hoy hay un entusiasmo que no veía desde Barack Obama», defendió la fiscal general de Nueva York, Letitia James. «Lanza el mensaje de que el Partido Demócrata no aguantará mucho más si sigue negando su futuro, si sigue despreciando a nuestros jóvenes», dijo la diputada Alexandria Ocasio Cortez. «Sí, podemos crear un gobierno que represente a la clase trabajadora y no al 1%», escribió en su red social el senador Bernie Sanders. Pero es indudable que, fuera de la burbuja progresista que es Nueva York, muchos demócratas siguen pensando que un joven socialista no es la fórmula del éxito.

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