Pepe de Lucía: «El último día que pasé con Paco le dije que tenía mala cara, que no se fuera de gira... y no le vi más»
El cantaor algecireño y padre Malú recuerda al genio de la guitarra flamenca, al que acompañó durante casi toda su carrera, pocos días antes de cumplirse los diez años de su muerte
«Paco de Lucía era un tormento silencioso cuando componía»
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónNada más descolgar el teléfono para intentar cerrar la charla con ABC, Pepe de Lucía (Algeciras, 1945) interrumpe: «Te voy a decir una cosa… ¿Tienes papel y lápiz para apuntar?». Le pido unos segundos mientras me dirijo hacia mi mesa en la redacción. Entiendo ... que me va a dar algún detalle importante. «¿Ya?», insiste. «Pues escribe esto: a Paco no le gustaba hacer entrevistas… y a mí tampoco». No parece bromear, pero es solo un arranque visceral de un segundo en un día muy feo de fuertes tormentas en Sevilla, porque luego contesta con paciencia, interés y mucho cariño al recordar a su hermano pequeño, aquel genio de la guitarra que ensanchó el flamenco por los cuatro costados con él, casi siempre, a su lado.
«Hace dos días fui al cementerio viejo de Algeciras a limpiar su mausoleo, que construí con mucho trabajo hace diez años», reconoce. A continuación, el cantaor, compositor y productor ofrece, orgulloso, todos los detalles: «Lo hice con piedras romanas, azulejos portugueses y varias columnas de la antigua plaza de toros de La perseverancia [derruida en 1969] donde él y yo jugábamos de pequeños. Incluí todo lo que a él le gustaba. Me tiré catorce meses en el cementerio. En ocasiones me tenían que abrir, porque cerraban la puerta y me quedaba dentro».
—¿Suele visitar la tumba?
Paco de Lucía: el tormento de revolucionar el flamenco
Israel VianaEn una nueva biografía del guitarrista, César Suárez ahonda en la arrolladora y sufridora personalidad del genio
—Sí, la verdad. Ahora tengo que volver porque le han salido dos grietas.
—Eso es cariño…
—Sí, mucho, aunque cuando voy, allí no aparece nadie.
—¿Siente de manera especial la ausencia de Paco de Lucía ahora que se van a cumplir diez años de su muerte?
—Sí, aunque no sé qué habría pensado él de todos los homenajes. Era muy tranquilo, no le gustaba exponerse.
Pepe de Lucía se refiere a la semana de conciertos y conferencias que se van a celebrar en Nueva York, entre el 20 y el 24 de febrero, organizado por la Fundación Paco de Lucía de su propia familia, y al Flamenco Festival, que girará también en torno a la figura del guitarrista, del 1 al 17 de marzo, en la misma Gran Manzana. Eventos ambos a seis mil kilómetros de aquella Algeciras en la que empezaron a cantar y tocar a principios de los años 50 del siglo pasado.
La escena se repetía cada día en la casa de Antonio Sánchéz Pecino y Luzia Gomes, sus padres, en el barrio de La Bajadilla de la localidad gaditana. Pepe le gritaba a Paco para que bajara a jugar. «¿Qué quieres ahora, Pepe? Déjame, estoy estudiando. Tengo que aprenderme esta falseta para cuando vuelva papá. Qué no, 'pesao', que me va a reñir», respondía el guitarrista, según cuenta en su última biografía César Suárez, sobre la severidad y el sentido de la disciplina que su padre les inculcó.
Un padre sever
«¡No es como le han descrito! Mi padre tenía el mismo carácter que cualquiera y era muy sensible, pero le gustaba la perfección. Tenía claro que una grabación era para toda la vida, pero nunca fue de ordeno y mando… ¡Jamás! Había que conocerlo. Además, sin él, solo con talento, no habríamos llegado a nada. Nos habríamos quedado en Algeciras con una vida laboral normal. El responsable del éxito de Paco y del mío es, al cien por cien, mi padre», advierte.
La leyenda de Paco de Lucía se construyó muy temprano, al empezar a recorrer mundo con 14 años gracias precisamente a Pepe. «Yo tenía 16 cuando me marché a mi primera gira por Estados Unidos en la compañía de José Greco. A los cuatro meses insistí para que se lo trajera e, incluso, le amenacé con volverme si no venía. Me decía que no podía, que ya tenía dos guitarristas, Ricardo Modrego y Manolo Barón, hasta que un día en Denver, de repente, me dijo que Paco llegaba a Chicago el domingo. Se me quitaron los miedos y dejé de llorar en los hoteles. Desde entonces, casi siempre fui con él», recuerda.
Junto a su hermano se sacó también el carné de artista frente a Pepe Pinto y La Niña de los Peines. «Nos examinaron y se quedaron locos. Nos llevaron a su bar en Sevilla y, en el sótano, tocamos un buen rato». Poco después, formaron el dúo Los Chiquitos de Algeciras, sorprendiendo por su prematura madurez a los aficionados. La familia se mudó a Madrid y él paseó con El Gallina y Pepe de la Matrona y escuchó en directo las cabales del Sernita. Grabó álbumes, acompañó a grandes bailaores y escribió canciones para mitos como Camarón, como los tangos de 'Como el agua'. Renovador también del repertorio flamenco y miembro fundamental del sexteto de Paco de Lucía, publicó su último disco, 'Un nuevo universo' (Universal), en 2020, animado y producido por Alejandro Sanz, en el que incluyó una guitarra inédita de su hermano.
—¿Cuál es el recuerdo de él que más se le repite estos días?
—El último momento que pasamos juntos, días antes de marcharse a su última gira por Latinoamérica. Fuimos a ver actuar a mi hija Malú en el festival Starlite, en Marbella. Estuvimos en el palco y lo pasamos bien, muy a gustito, bebiendo champagne. Al día siguiente él tocaba en Cádiz y me llamó. «¡Vente, que te estoy esperando!». Cuando llegué, él ya estaba en el teatro. Ese día le vi mal, una cara muy mala… muy fea. Le dije que no se fuera a América, que no me gustaba su aspecto… y ya no lo vi más. Pero no quiero contar la muerte, porque me da mucha... pena.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete