El «protector solar» que se come: el alimento de playa que protege tu piel desde dentro

Las sardinas no sólo son deliciosas al espeto o a la plancha: también ayudan a cuidar tu piel del sol desde el interior

Las sardinas nos aportan muchos beneficios GURmÉ

En verano, todo gira en torno al sol: buscamos broncearnos, pasamos horas al aire libre y aumentamos la exposición a los rayos UV. Por eso, además de aplicar crema solar y protegernos con ropa adecuada, hay otro gesto sencillo —y muy sabroso— que puede ayudarte ... a cuidar tu piel: comer sardinas. Sí, el clásico de las playas andaluzas, el protagonista del espeto malagueño y de tantas barbacoas junto al mar, no es solamente una delicia veraniega: también es un auténtico alimento funcional, un «protector solar comestible».

Sardinas: pequeñas, pero con un gran poder antioxidante

Las sardinas son una fuente natural de omega-3, ácidos grasos esenciales que no sólo cuidan el corazón, sino que también tienen un efecto antiinflamatorio y protector sobre la piel. Además, contienen altos niveles de selenio, un mineral que contribuye a la formación de antioxidantes naturales, y vitamina D, que es esencial para la salud de la piel, el sistema inmunológico y los huesos.

A esto se suma su contenido en vitamina E, que actúa como barrera natural frente al daño de los radicales libres —generados por la exposición solar— y en coenzima Q10, un compuesto que favorece la regeneración celular y mejora la elasticidad cutánea.

Una piel más resistente al sol... desde la mesa

Consumir sardinas de forma regular durante los meses de verano puede contribuir a reforzar la resistencia de tu piel frente al sol. Aunque nunca deben sustituir a la protección tópica, alimentos ricos en grasas saludables, antioxidantes y micronutrientes específicos pueden reducir la inflamación, prevenir la deshidratación cutánea y mejorar el tono y la textura de la piel.

Y no es sólo cosa de teoría: diversos estudios apuntan a que una dieta rica en pescados azules, frutas rojas, y verduras como el tomate, el brócoli o zanahoria puede actuar como un refuerzo natural para tu piel ante la radiación solar.

¿Cómo tomar sardinas en verano?

Las sardinas admiten muchas formas de preparación: marinadas, al espeto en brasas, sardinas en escabeche, con tomate y albahaca, o incluso en ensaladas con crudités. También las conservas de buena calidad conservan gran parte de sus propiedades, por lo que no es mala idea incluir una lata en tu cesta de picnic si no tienes barbacoa a mano.

Además, son un alimento económico, de proximidad y sostenible: su pesca no genera tanto impacto ambiental como otros pescados de gran tamaño y, al estar al principio de la cadena alimentaria, acumulan menos metales pesados como el mercurio.

El complemento perfecto para tu rutina solar

No se trata de elegir entre crema solar o sardinas: se trata de sumar aliados. Mientras el protector solar actúa desde fuera, este tipo de alimentos ayudan desde dentro a preparar tu piel para el sol, favoreciendo un bronceado más uniforme y duradero y reduciendo el riesgo de quemaduras o envejecimiento prematuro.

Así que ya sabes: este verano, cuando estés frente al mar, no olvides tu sombrilla… ni tus sardinas. Tu piel y tu estómago te lo agradecerán.

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