Victoria Federica, una royal «indomable» que quiso ser más influencer que Borbón

Ella fue la invitada estelar de la nueva edición de 'El Hormiguero', reforzando así su condición de celebrity. Si alguien quiere notoriedad, su paso por el programa de Pablo Motos, Trancas y Barrancas parece casi obligado. Y allí estuvo la hija de la Infanta Elena en una jornada de cumpleaños que incluyó celebración con la familia en Zarzuela, aparición estelar en prime time y posterior fiesta nocturna con los amigos.

Si alguien hace una breve búsqueda en Google poniendo simplemente su nombre, «Victoria Federica», obtendrá en solo unos pocos segundos el actual retrato de alguien que nació hace 24 años en el seno de la familia real española. Así, podrá leer los siguientes titulares: «Victoria Federica empieza a atener mala fama en varios restaurantes de lujo de Madrid», «El look más madridista de Victoria Federica para una noche de fútbol en el Bernabéu con el complemento más inesperado», «Victoria Federica no tolera al 'amigo' de la Infanta Elena»… En fin, nada que ver con lo que se podría leer acerca de sus primas Leonor o Sofía.

Porque ese el retrato actual de Victoria Federica, y el mismo que expuso en 'El Hormiguero', a donde acudió no expresamente por su condición real, que también, sino sobre todo por la de celebrity. Cómo adivinar hace apenas cinco o seis años que una royal española acumularía más de 300.000 seguidores en su cuenta de Instagram.

Dicen que es tímida, pero que su determinación e independencia es todavía superior a sus miedos. Nunca desarrolló un sentimiento de pertenencia como tal hacia la familia real y siempre le llamó más la atención otras cosas. Por ejemplo, su primera pasión fue la moda y los desfiles, algo inculcado por su padre, Jaime de Marichalar. Sus progenitores nunca se sintieron cómodos con su faceta influencer, la que más le gusta a la hija, pero al final han acabado transigiendo porque, según cuentan, Victoria Federica es «indomable».

Así que no tiene problemas en conceder una entrevista para '¡Hola!' y posar a lomos de «un caballo de forma salvaje», según contaba la propia revista. O participar en el pódcast de su amiga Vicky Martín Berrocal. Un acudir a la zona vip de una carrera de motos O de que la relacionen con un DJ. O que se sitúe en el front-row de un desfile de Dior. O poner 'morritos' para colgar un selfi en sus redes sociales. O publicitar en qué lujoso hotel se ha alojado por «cortesía» de tal o cual cadena. O hablar con dos hormigas por televisión. O tantas otras cosas tan alejadas de lo que es una institución tan tradicional como la monarquía.

Ella se presenta como «una chica normal», con «las las mismas inquietudes que una chica de mi edad», aunque quizá eso sea demasiado generalizar. Nació el 9 de septiembre del 2000, tiene estudios inconclusos, posee una cuenta de Instagram desde 2019, tiene contratado un gran grupo que le asesora sobre contenidos, juega a la ambigüedad con sus supuestos novios, adora a su padre, defiende a su hermano, viste caro…

Por lo demás, Victoria Federica ha heredado la genética de los Borbón y los Marichalar, que son muy altos, y mide 180 centímetros. Tampoco viste cualquier cosa: entre lo que compra y lo que le dan para que lo luzca, todo es de primer nivel. Asegura que no se quiere convertir en un escaparate lleno de reclamos, pero tampoco hace demasiado por evitarlo. Lo que viene a ser la vida de una influencer.