Tarjeta amarilla al chalet de Xabi Alonso en San Sebastián

Hay que remontarse al año 2016 para entender el origen de la polémica. Aquel año las instituciones vascas expropiaron el caserío Goiatz-Berri, situado en Martutene, a unos 10 kilómetros de Igueldo, para construir parte del trazado de la línea de alta velocidad. Al propietario se le entregó a cambio una parcela de suelo «no urbanizable» ubicada en Txalín, una ladera del monte Igueldo, donde podría reconstruir su caserío derruido. La ley vasca de Suelo permite estas permutas, y al amparo de la misma se le concedió una licencia básica destinada a reconstruir el edificio derruido, con sus características arquitectónicas originales.

Desde entonces, esa licencia pasó por varias manos. El propietario original la vendió a una primera sociedad, y en una segunda venta llegó a Tavaro XXI S. L, cuya administradora única, según consta en el registro mercantil, es Nagore Aramburu, la mujer de Xabi Alonso. La pareja presentó entonces un nuevo proyecto, con algunas variaciones respecto al caserío original para el que se concedió la licencia de construcción que fue validado por el arquitecto municipal de San Sebastián. En el informe elaborado en octubre de 2018 se asegura que la nueva propuesta es «más respetuosa con el entorno» y se «mimetiza» mejor con el paisaje, «por lo que su presencia pasa más inadvertida que la de la propuesta anterior».

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Así, con los permisos del ayuntamiento en regla, la sociedad controlada por el ahora entrenador del Bayer Leverkusen, llevó a cabo la construcción del chalé, hoy visible en la ladera del monte Igeldo. Pero la demanda de tres asociaciones del barrio de Igueldo y una sentencia del juzgado Contencioso Administrativo nº3 de San Sebastián amenazan ahora el remanso de paz de la pareja.

El juez considera que el proyecto de Xabi Alonso, validado por el propio Ayuntamiento de San Sebastián, no cumple con los requisitos que exigía la licencia. Recuerda en su auto que la reconstrucción de caserío exigía, «si bien no una réplica exacta», sí, «el mayor respeto posible» a la edificación original. Considera, sin embargo, que esa similitud no se ha dado «en modo alguno», ya que el resultado son «edificaciones absolutamente diferentes que impiden considerar cumplida la condición». Pone como ejemplo el tejado del chalet del futbolista, que es «plana» y no «inclinada a 2, 3 o 4 aguas» como sí era el original. «Se aprecia de forma patente y notoria, sin necesidad de contar con conocimientos científicos o técnicos, la total divergencia», concluye el juez.

La sentencia ha sido recibida por las tres asociaciones como un verdadero triunfo porque, además, se evita que se siente «un peligroso precedente y que cualquier expropiación pueda ser utilizada para especular». Son la asociación ecologista Haritzalde Naturzaleen Elkartea, la asociación cultural Ieltxoko Kultura Elkartea y la agrupación de vecinos Igueldoko Herri Kontseilua. Esta última tuvo un gran apoyo de EH Bildu cuando promovió la desanexión del barrio para formar un municipio propio, aunque en la actualidad las tres tienen un carácter más vecinal y cultural que político.

Todas ellas piden la demolición de la edificación de Xabi Alonso, aunque es un extremo que no está claro, al menos de momento. El alcalde de San Sebastián, el peneuvista Eneko Goia, se apresuró a matizar en una rueda de prensa que la sentencia «no cuestiona ni la edificabilidad, ni ordena la demolición». Y el consistorio donostiarra ya ha anunciado recurso. El exjugador del Real Madrid, por su parte, ha optado por guardar silencio, aunque parece que sus días de descanso con vistas a la bahía de La Concha tendrán que esperar a que se resuelva el embrollo judicial.