Así es el palacio que Simeón de Bulgaria ha puesto a la venta: 10.000 metros cuadrados, manantiales termales y despacho original del zar
El inmueble también cuenta con amplios salones y habitaciones originales. Además, ha sido residencia de verano de la Familia Real
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Iniciar sesiónEl Rey Simeón II de Bulgaria, quien este lunes 16 de junio cumplió 88 años, ha sorprendido al poner en venta una de las propiedades más emblemáticas de su familia: La Villa del Zar, un palacio cargado de historia y simbolismo, situado en ... la localidad de Banya, a unos 150 kilómetros de Sofía. El anuncio ya figura en un portal inmobiliario de la capital, aunque el precio no ha sido especificado y aparece como «negociable».
La Villa del Zar fue mandada construir en 1929 por el zar Boris III, padre de Simeón II, atraído por los manantiales termales de Banya, conocidos por sus propiedades curativas. Para el diseño del inmueble se encargó a los reconocidos arquitectos búlgaros Ivan Vasilyov y Dimitar Tsolov, autores también de importantes edificios como el Banco Central de Bulgaria y la Biblioteca de la Universidad San Clemente de Ojrid, en Sofía.
La propiedad no solo destaca por su arquitectura sobria y elegante, sino también por su importancia cultural: está registrada oficialmente como monumento cultural por el Estado búlgaro. La finca ocupa más de 10.000 metros cuadrados, e incluye una edificación principal de 1.000 metros cuadrados construida en acero y hormigón. En su interior se conservan espacios originales como amplios vestíbulos, salones, un comedor principal, bodega, cocina, varios dormitorios y baños, así como el despacho que usó el propio zar Boris III como oficina personal.
Durante décadas, La Villa del Zar fue la residencia de verano de la Familia Real, hasta que en 1946 la monarquía fue abolida en Bulgaria. Desde entonces, el palacio pasó a manos del Estado y fue utilizado para distintos fines, entre ellos como sede del Museo Militar de Sopot. Sin embargo, el tiempo y la falta de mantenimiento hicieron mella en la edificación.
Todo cambió en 2001, cuando Simeón de Bulgaria regresó del exilio tras cinco décadas fuera del país y eligió La Villa del Zar como su lugar de residencia. Desde entonces, ha estado censado allí y, según ha trascendido, acude a votar en la localidad en cada proceso electoral. La residencia fue restaurada, recuperando parte de su esplendor original gracias a las obras promovidas por el propio monarca.
A día de hoy, se desconoce el motivo exacto de la venta ni quién podría ser el comprador. Lo que sí se ha confirmado es que la propiedad está en excelente estado de conservación y continúa siendo mantenida por la empresa vinícola Valle de las Rosas, una bodega con una historia singular, que llegó a suministrar vino tanto al régimen nazi como a altos mandos soviéticos durante el siglo XX.
La noticia ha generado reacciones entre asociaciones patrimoniales que han solicitado que el Estado búlgaro considere adquirir la propiedad para asegurar su preservación. Argumentan que el valor histórico y cultural del inmueble hace inviable que pase a manos privadas. De momento, no hay confirmación de que el gobierno tenga intención de intervenir en la operación.
El otro palacio de Simeón
La Villa del Zar no es el único palacio relacionado con la familia real búlgara. En 2022, el Rey Simeón II logró recuperar legalmente el palacio de Vrana, situado en las afueras de Sofía. Ese inmueble fue residencia oficial de los zares hasta la Segunda Guerra Mundial y más tarde fue ocupado por el régimen comunista. Simeón y su familia fueron expulsados tras la abolición de la monarquía, comenzando un exilio de 50 años que terminó en 1996, cuando el ex monarca volvió a pisar los jardines del palacio por primera vez desde niño.
Tras años de litigios, el Tribunal Municipal de Sofía resolvió en favor del monarca en 2022, devolviéndole la propiedad tras un proceso judicial que él mismo calificó como un «segundo exilio». En declaraciones recogidas entonces por medios búlgaros, Simeón expresó: «Con frecuencia me sigo preguntando si merezco ser privado de mi hogar y que me obliguen a abandonar mi Patria», una frase que resumía décadas de desencuentros con las autoridades.
La puesta en venta de La Villa del Zar no solo supone la oportunidad de adquirir una residencia única en su tipo, sino también marca un punto de inflexión para la historia reciente de Bulgaria. La generación que vivió el esplendor de la monarquía se despide poco a poco, y con ella, lugares emblemáticos que han sido testigos de los vaivenes políticos y personales del país.
Por ahora, el anuncio sigue activo en un portal inmobiliario de Sofía, y aunque no se conocen detalles de una eventual negociación, su valor simbólico parece pesar tanto como su precio final.
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