Lawrence De Maeyer, el recordado profesor de baile de 'Operación Triunfo', pierde su casa en Barcelona: «No estoy pidiendo que me regalen nada»

Según revela 'La Vanguardia', varios afentes de la Guardia Urbana acudieron al lugar para ejecutar el desalojo, puesto que el Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto destinar ese terreno a la construcción de un nuevo centro de atención primaria. Allí, el coreógrafo y su esposa habían levantado un pequeño hogar con sus propias manos, el cual está comprendido de un dormitorio, una cocina, algunas plantas y bancos.

Por su parte, Tatiana explicó que no esperaban que el desalojo se produjera tan pronto. «Unos técnicos nos ofrecieron una noche de alojamiento, pero preferimos acercarnos a casa de unos amigos. Afortunadamente ya estaba guardando nuestras cosas en un trastero. Sabíamos que estaban preparando nuestro desalojo, pero pensábamos que nos avisarían con más tiempo, que nos darían un poco de margen», declaró al citado medio.

En tanto, el Ayuntamiento ha asegurado que guardará las pertenencias de la pareja en un almacén municipal y que, además, se les ofrecerá acompañamiento y asesoramiento. No obstante, De Maeyer lamentó la falta de opciones reales para personas en su situación. «No estoy pidiendo que me regalen nada», expresó y añadió que: «Después de unos cuantos años muy oscuros, al final conseguimos levantar la cabeza. A cambio de un alquiler asequible estaría dispuesto a reformar lo que fuera con mis propias manos».

Tras su paso por los conservatorios y sus giras por Europa, el bailarín trabaja como jardinero en diversos municipios de Barcelona, aunque sus contratos son temporales y eso le dificulta poder acceder a una vivienda. «Tengo muchas dificultades para alquilar un piso de una manera convencional. Pero cuando Tatiana se opere el tobillo podrá volver a trabajar con regularidad. Ahora es que no puede estar de pie muchas horas...», confesó visiblemente afectado.

Durante la conversación con el citado medio, Lawrence De Maeyer resaltó que, a comparación de hace algunos años, «De repente la gente dejó de pagar para aprender a bailar, las academias comenzaron a cerrar y dejaron de contratarme… Aquello fue muy duro». Sin embargo, resaltó que: «Ahora estamos bien, de verdad. Estuvimos muy mal, me costó mucho asumir todo lo que me estaba pasando ¡dejé de salir en el New York Times! Me había hecho mayor, todo el mundo me decía que no me podía pagar, hace cinco años nos quedamos en la calle... pero descubrí las plantas, estudié durante tres años, acepté que tenía que iniciar una nueva vida, me hice jardinero, empecé a trabajar de esto en el 2023... ¡Adoro las plantas!, son mi nueva pasión. Yo creo que podremos salir adelante», expresó.