La horrible semana del Príncipe Guillermo: fallece un ser querido a los 47 años por cáncer

En medio de está polémica, los Príncipes de Gales han sufrido una pérdida personal con el fallecimiento de Zach Stubbings, su instructor de vuelo durante su etapa en la RAF Valley, quien ha muerto a los 47 años tras una larga lucha contra el cáncer.

Según publicó 'The Times', el fallecimiento de Stubbings ha conmovido al entorno del heredero al trono británico. El excomandante de la Marina, Richard Sutton, explicó al citado medio que el instructor permaneció ingresado en el hospital durante varias semanas antes de su partida. Se trataba de una enfermedad con la que había convivido durante más de una década, tras ser diagnosticado en 2011 con mieloma múltiple, un tipo de cáncer de médula ósea.

El propio Stubbings se había pronunciado en entrevistas anteriores sobre las condiciones a las que estuvo expuesto durante su carrera. En 2015, en diálogo con 'Mail Online', reveló que los gases de escape de los helicópteros dañaron su salud. «Si estás cerca de la puerta de carga, el humo sale por ella. Y lo que es peor, si estás trabajando en el cabrestante, como era mi caso, estás metiendo la cabeza en el interior», comentó en su momento.

En otra oportunidad, en conversación con 'Wales Online', el instructor del Príncipe Guillermo reveló el impacto que tuvo cuando le dieron su diagnóstico: «Fue un verdadero shock cuando me diagnosticaron cáncer. Es un tipo de cáncer que nunca está en remisión, pero puede estar activo o no», comentó y agregó que «era instructor en el momento del diagnóstico y tenía planes de avanzar en mi carrera».

Hasta el momento el Príncipe de Gales no se ha pronunciado sobre esta pérdida, pero se sabe que su vínculo con Stubbings era muy cercano, por lo que esta noticia seguramente le ha afectado profundamente. En este complicado contexto, tanto él como su mujer han decidido tomarse unos días de descanso junto a sus hijos, George, Charlotte y Louis, coincidiendo con sus vacaciones de mitad de trimestre.

Si bien aún no se ha revelado el destino, todo apuntaría a que la familia se refugiará en Anmer Hall, su residencia en Norkfolk, un lugar que ha sido clave en la recuperación emocional de Kate tras su diagnóstico de cáncer el año pasado. Un descanso que le vendrá bien a los Príncipes de Gales ante las críticas por su ausencia en los BAFTA y la perdida de una figura importante en sus vidas.