La exmujer de Dani Alves, muy preocupada: «No me llama»

Por primera vez, el brasileño quiso contar «su versión» de lo que ocurrió la noche que «le cambió la vida». Sobre las versiones contradictorias que dio, apuntó la reportera del programa que el futbolista aseguró que no midió las consecuencias, ya que «su única intención era salvar su matrimonio». Así, la periodista explicó que Dani Alves todavía espera «salvar su matrimonio».

Ante estas declaraciones, el matinal se puso en contacto con su ya exmujer Joana Sanz, la cual se limitó a decir que «paso totalmente, que Dani haga y deshaga todo lo que le apetezca... Yo no quiero saber nada que tenga que ver con Dani».

Ahora ha sido su también exmujer -y madre de sus hijos- Dinorah Santana la que se ha pronunciado sobre este tema. «Me estoy enterando por la prensa. No hablo con él porque no me llama. Preocupada estoy, pero si no me llama tengo que respetarlo. Nadie está viendo a sus hijos como los veo yo. Sigo creyendo en su inocencia cien por cien», contó su ex en el programa 'Fiesta' en relación a las entrevistas que ha concedido desde que se encuentra en prisión preventiva y sin fianza.

Aunque Leiras, uno de los colaborador del espacio televisivo, aseguró que, a pesar de que Dinorah se empeñe en asegurar por activa y por pasiva que su familia se mantiene unida pese a todo, esto no sería del todo cierto. «Esas relaciones entre padres, hermanos y ella no son tan buenas como nos hace creer», confesó.

Además de para 'El programa de Ana Rosa', Dani Alvés también ha concedido una entrevista con el diario 'La Vanguardia' en la que afirma que perdona a la víctima pese al daño que le está causando: «Sigo sin saber por qué ha hecho todo esto, pero yo la perdono». Además, el deportista subrayó que él tiene «la conciencia tranquila»: «No ha habido ni una sola noche que yo no haya dormido tranquilo», expresó, para añadir: «Nunca he hecho daño voluntariamente a nadie. Y a ella, aquella noche, tampoco». El jugador también negó que, una vez en el baño, la mujer le pidiera que parara y la dejara salir, y contó que fue él quien le propuso entrar después de pasar un rato «bailando muy pegados». Y respecto al rasguño que la mujer tenía en la rodilla, dijo: «Es por permanecer de rodillas mientras me realizaba una felación. No hay ni una sola marca en su cuerpo que explique esa violencia con la que ella dice que la moví en el baño».