Eugenia Santana, el drama de una miss: «Soy bipolar»
La modelo canaria ha relatado el calvario de una vida marcada por los abusos y la enfermedad
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Iniciar sesiónHa sido una noche dura para Eugenia Santana, que a punto ha estado de no acudir al 'Deluxe': «no estoy bien, estoy en mi peor momento». Estos días, la modelo ha sido noticia porque la policía se presentó en su casa y ... la trasladó a un centro psiquiátrico en el que estuvo ingresada contra su voluntad cinco horas. La canaria no ha sido capaz de explicar qué pasó realmente esa noche, quién llamó y por qué acudieron los agentes. El misterio no se ha resuelto, pero otros secretos de su vida han salido a la luz cuando la repasado el calvario que ha vivido estos últimos años. «Antes que nada, quiero pedir perdón a mi familia porque les he hecho mucho daño», han sido sus primeras palabras: «No querían que viniera esta noche porque no estoy bien, pero tengo claro que tengo ganas de vivir. Por mi hijo, Otto, que tiene años y una enfermedad, diabetes, que le hace ser totalmente dependiente de mí».
Conteniendo la emoción y las lágrimas, Eugenia ha descrito la terrible depresión que lleva sufriendo desde hace años: «Se me olvidaba comer, bañarme, no quería salir, empecé a encerrarme y a estar solo con mi madre y mi hijo». Su comportamiento cambió repentinamente: «Empecé a prestar dinero, a regalarlo todo, perdía todo el tiempo las llaves de casa». Viendo lo mal que lo estaba pasando, sus hermanos tomaron medidas y la convencieron de acudir a un especialista: «Me diagnosticaron bipolaridad. Pasaba de estar muy deprimida a tener momentos de euforia. Había días en que sentía que no podía más y no quería seguir viviendo».
Dos acontecimientos acentuaron su situación: su separación y la muerte de su madre. Los 22 años de matrimonio con José Faria acabaron con una denuncia por malos tratos y una orden de alejamiento: «Mi separación fue dramática. Es duro darte cuenta de que no era el hombre que yo creía». Su familia fue, como siempre, su refugio: «Sobre todo mi madre. Ella ha sido mi vida, mi amiga, mi confidente. Siempre me acompañaba. Era una mujer sufridora también, pero una luchadora». Su madre comenzó a enfermar poco a poco, hasta que le diagnosticaron cadasil, una enfermedad genética rara de tipo cerebrovascular. Por si fuera poca desgracia, Eugenia la ha heredado: «Es duro saber que voy a terminar como ella, que se fue apagando poco a poco. Me da miedo por mi hijo, que es totalmente dependiente de mí».
La modelo está medicada desde noviembre: «No soy partidaria de tomar pastillas, pero cargué demasiado la mochila y ya no podía con el peso. A veces hay que recurrir a tratamiento». En aquellos momentos estaba tan mal, que sus hermanos no quisieron decirle que su madre estaba ingresada y a punto de fallecer: «Me siento culpable por no haber estado con ella los últimos días de su vida», ha confesado rota de dolor.
Eugenia ha recordado también los abusos que sufrió en su etapa como modelo: «Yo era virgen cuando fui elegida Miss España a los 18 años. Mi primera relación fue a los 24. Pero sufrí abusos en la industria. Intentaron comprarme, nunca lo consiguieron». Lo mejor de aquellos años es el dinero que ganó e invirtió en un impresionante ático en un céntrico barrio de Madrid: «Vivo del alquiler de ese piso, que pagan bien. Soy de familia humilde y no necesito grandes lujos».
A pesar de todo, Eugenia ha dejado un mensaje de esperanza para dejar claro que no se rinde: «Por muchas piedras que haya en el camino, hay que seguir adelante».
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