Cristina Fernández de Kirchner: los dos grandes misterios de su vida
La ex presidenta de Argentina a punto de ser asesinada este viernes, enviudó en 2010, es amante del lujo, la cocina y los perros
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Iniciar sesiónCristina Fernández nunca ha necesitado un hombre para hacer carrera. Su madre, Ofelia Wilhem, una sindicalista soltera que trabajaba en el Ministerio de Economía, la tuvo en casa la partera, el 19 de febrero de 1953. Eduardo Fernández, propietario de un autobús, ... le daría después el apellido y una hermana, Gisele. Seguidora de la banda Sui Genesis, sobre todo por su canción 'Rasguña las piedras', y de Silvio Rodríguez, al que admira por 'Óleo de mujer con sombrero', se confiesa amante de los perros. En distintas entrevistas ha presentado a sus mascotas: Catita, que adoptó embarazada y que le dio a Martita, la única hembra de la camada que sobrevivió, o Cleo, la caniche que bautizó en homenaje a Cleopatra, personaje histórico cuya biografía fascinó a Cristina. Cuando la política ocupó su vida al completo, dejó la cocina. Sus recetas estrella eran el pollo a la cerveza y el asado al horno. Pero sus platos favoritos son muy ligeros, como el puré de calabaza o la sopa de verduras
En la intimidad, hay dos cosas que Cristina no puede evitar: el humor, en el que destaca por las imitaciones de artistas famosos, y las discusiones políticas, a las que se entrega con la misma pasión con la que habla en un mitin. Discutiendo fue como conoció al amor de su vida, Néstor Kirchner. Fue durante su etapa universitaria, en La Plata. Ya no se separaron hasta que él falleció de un infarto a los 60 años. Tuvieron dos hijos, Máximo (45), entregado a la política, y Florencia (32), entregada a la creación audiovisual. El primogénito ha protagonizado diversos escándalos político-económicos; la benjamina, una polémica sobre su extrema delgadez que la llevó a confesar en sus redes que sufre estrés postraumático y un linfedema en las piernas.
Hay dos grandes misterios en la vida de la vicepresidenta, sus romances y su fortuna. Oficialmente, su patrimonio es de poco más de 350.000 euros (así declaró ante la Oficina Anticorrupción); según distintos medios argentinos, supera los 50 millones. Veremos en qué queda la cosa. El libro 'Los amores de Cristina', de Franco Lindner, especula sobre su tendencia a rodearse de jóvenes y atractivos tecnócratas, algunos de los cuales fueron protagonistas de distintos rumores sentimentales, como Jorge Capitanich, Gobernador de Chaco, al que se le vio entrar al hotel en el que se alojaba la por entonces presidenta en una cumbre de la ONU en Nueva York.
Uno de los casos más sonados fue el de Amado Boudou, que pasó de Ministro de Economía a Vicepresidente, nombrado directamente por ella. Amante del lujo y de las motos de gran cilindrada, Boudou formaba parte de su círculo más íntimo hasta que se divulgó un grabación en la que decía «¡Qué fea es Cristina sin maquillaje!». Sea por miedo o por falta de pruebas, todo se queda en insinuaciones, dejando en la memoria colectiva del país la imagen de 'viuda perfecta' entregada a la memoria de su marido.
Si el peronismo fuera una película, sería un drama romántico con tintes épicos y con una inesperada protagonista femenina. Lo fue con Eva Perón, lo es con Cristina K.
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