Las claves del espectacular físico de Antonio Lobato a sus 58 años: «Ya no llego a tiempo para los Juegos de París, pero en Los Angeles 2028...»

Desde que decidió dar un vuelco a su vida y centrarse en su físico, el presentador no ha dudado en presumir de abdominales siempre que ha tenido ocasión: «Ya no llego a tiempo para los Juegos de París, pero en Los Angeles 2028, si las palas de playa son deporte olímpico y hay cerveza, yo me apunto», escribía el asturiano hace unas horas en su cuenta de Instagram tras compartir una imagen en bañador y sin camiseta de sus vacaciones.

El deporte no sólo es el punto central de su trabajo como narrador, sino también de su vida en general. Ciclismo, escalada, running, esquí o submarinismo son sólo algunas de las experiencias deportivas de las que el periodista deportivo presume en sus redes sociales. Unas actividades que practica habitualmente y que le ha valido para lucir un cuerpo privilegiado al alcance de pocos hombres de su edad.

Sobre sus secretos para un físico envidiable ha hablado en una entrevista para Men's Health: «Lo primero yo creo que es genética, me da la sensación de que es agradecida», ha explicado el periodista, que admite que tener más tiempo libre que hace unos años ha sido «clave» para poder dedicarse más intensamente a mejorar físicamente.

«Antes, cuando viajaba a todos los circuitos con la Fórmula 1, mi vida era muy desorganizada. Comía fatal, no tenía tiempo para entrenar, la mitad del tiempo estaba fuera de España, no podía ir al gimnasio...», ha contado Antonio Lobato al citado medio al hablar de cómo han cambiado sus hábitos en los últimos años. En aquel momento, se dio cuenta de que vivía más de medio año fuera de casa, que no hacía ningún tipo de deporte y que estaba «agotado todo el tiempo»: se dio cuenta de que tenía que dar un giro radical a su vida, tanto a nivel físico como psicológico.

Comenzó a llevarse las zapatillas en la maleta y aprovechó cualquier rato de tiempo libre entre emisiones en el circuito para poder correr. Fue todo un reto para él, pues se propuso hacerlo mínimo tres veces a la semana, a pesar del cansancio que le suponía hacerlo tras un duro día de trabajo: «Todos querían irse al hotel, yo salía a correr. Al principio sufriendo, pero luego bien», ha explicado el periodista, que incluso consiguió enganchar a pilotos, ingenieros, mecánicos y otros compañeros de profesión.

Todo ello coincidió con una época «al límite de estrés», sin ningún tipo de control sobre su alimentación, y comiendo comida entre grabaciones dentro de los hospitalities de los equipos: «Era terrible. No comía nada, solo me alimentaba de Red Bull, ni agua. Y no comía. Y luego a correr. Y luego en el hotel, cenaba como una lima, estaba muerto de hambre, y comía de forma compulsiva».

A pesar de ello, consiguió gestionar este desorden y organizar unos 15 minutos de comida durante sus viajes para «comer algo medio sano, pasta o arroz».

La gran transformación llegó cuando dejó de viajar a todas las citas del mundo del motor y, desde entonces, ha sabido encontrar tiempo para incluir todo tipo de deportes a diario en su vida. Y es que el narrador de Fórmula 1 no ha querido limitarse a una sola disciplina: lo hemos visto probando suerte en maratones y subiéndose a la bicicleta para embarcarse en varias Titan Desert ─una prestigiosa competición de ciclismo de montaña por etapas─.

Su última 'obsesión' deportiva ha sido la escalada, tanto en boulder como en campo, y también está siendo la culpable de que sus resultados físicos sean más notables. «Es lo que me está poniendo mucho más fuerte de lo que era, y me lo estoy pasando muy bien, es súper adictivo», ha admitido el periodista asturiano. Entre sus futuros planes, a la espera de que se cumplan las condiciones meteorológicas idóneas, la de «escalar el Naranjo de Bulnes», uno de los picos más altos de la Cordillera Cantábrica: «Está todo un poco revuelto. Estoy en fase hacer paredes, y conquistar un poco de escalada típicas. Y yo que soy asturiano, pues esta sería un sueño», ha confirmado.

A su afición al deporte le ha sumado también la severa mejora que ha sufrido su dieta diaria. Durante estos años, Antonio Lobato ha dejado atrás el azúcar y los procesados, y centra su alimentación en no comer cosas «que sé que no me van a hacer bien»: «No soy muy de dulces, no soy muy de fritos. Me gustan las cosas simples, todo a la plancha, comer con cuchara...», ha reconocido el narrador deportivo de DAZN.

Tiene claro que, si quiere seguir disfrutando de la escalada, al igual de otros deportes, tiene que mantenerse lo más ligero y fino que pueda. «Trato de no coger peso, limitar el pan, pero como básicamente de todo. Y de suplementación, a veces tomo proteína cuando entreno, pero a fases, no soy un loco», ha explicado.

Eso sí, hay una cosa a la que no está dispuesta a renunciar: al vino y a la cerveza. «Bebo alcohol, pero poco, mi copita de vino es infalible», ha reconocido el de Oviedo.