Las vacaciones otoñales de los Duques de Cambridge con sus hijos

Tal y como publica el Daily Mail, el Príncipe Guillermo y Kate Middleton fueron vistos el pasado jueves por la tarde en el aeropuerto de Heathrow para tomar un avión rumbo a un paradero hasta ahora desconocido. La Casa Real británica ha optado por no desvelar dónde se encuentra el matrimonio con los pequeños para darles unos días de descanso. Al menos hasta que regresen. Se baraja que puedan estar o en Anmer Hall, la casa de campo de la familia en Norfolk, o en Sandringham, pero no hay confirmación oficial de su paradero.

Lo que sí se sabe es que la familia ha viajado en compañía de María Teresa Turrión Borrallo (50 años), la institutriz española de sus hijos que lleva trabajando para ellos desde que nació el Príncipe Jorge. Desde entonces se ha vuelto indispensable para la familia. Confían plenamente en ella después de haberse formado (y destacado como una de las mejores) en el exclusivo Norland College, donde cursó un título de cuidado infantil.

Será el próximo viernes cuando la familia al completo regrese a Londres para proseguir con los compromisos oficiales (entre los que se encontraría un viaje oficial a Glasgow para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) y los pequeños de vuelta a sus escuelas: Thomas’s Battersea y Willcock’s Nursery School, la del menor de los hijos de la pareja. Ambas ubicadas muy cerca del palacio de Kensington.

Estas vacaciones coinciden con un mal momento para la Familia Real británica. La pasada semana, la Reina Isabel II se veía obligada a cancelar sus compromisos oficiales después de haber tenido que pasar una noche en el hospital. En un primer momento solo hicieron público que los médicos la habían recomendado guardar reposo, pero no tardó en conocerse el ingreso que intentaron ocultar de primeras. «Siguiendo el consejo médico de descansar unos días, la Reina asistió al hospital el miércoles por la tarde para algunos exámenes preliminares, regresando al castillo de Windsor a la hora del almuerzo del jueves, y permanece con buen ánimo», se podía leer en el comunicado oficial que se vieron obligados a publicar. Aunque no parece algo preocupante, simplemente trataron de no alarmar, se ha abierto el debate sobre si quizá sea el momento de que la Reina Isabel II, que ya tiene 95 años, debería de tomarse las cosas con más calma y bajar el ritmo de trabajo.