Rosario, el amor imposible de Quique San Francisco

De todas ellas, Rosario Flores ha sido la mujer más importante en su vida: porque fue la que más tiempo le soportó y porque con su hermano Antonio le unía una profunda amistad que no sobrevivió a las drogas, ese vicio confesado que tanto daño hizo a toda una generación. De hecho, Quique y Rosario se conocieron por Antonio, manteniendo una relación en la que, según comentan en círculos cercanos, ella estaba medio fascinada por el personaje, entre intelectual y quinqui, pero también medio asustada por el alma ciclotímica de un hombre entregado a los excesos. Ella sabía que Quique y Antonio pasaban horas y horas perdiéndose en la cabaña que Lola había construido para su hijo en el Lerele. Y eso no podía terminar bien…

La relación duró cuatro convulsos años, y de ella ha hablado bien y poco: «Nos presentamos juntos al carnet de conducir y por poco nos matamos. Ella suspendió y yo aprobé», es uno de los recuerdos que compartió con Bertín Osborne en su programa 'Mi casa es la tuya'. Su noviazgo llegó a contar con un anuncio si no de boda, al menos de convivencia, incluso el deseo de tener hijos, pero la realidad de su compleja personalidad se impuso ante la fantasía y el amor dio paso a una amistad que se ha mantenido en el tiempo. En 2012, Quique hizo un cameo en el videoclip de ‘Gipsy funky love me do’, la versión que Rosario hizo del tema de los Beatles. Y se veían todos los fines de año para celebrar. Amigos, hasta el final.