Ana Obregón: «Si yo empezara ahora con el vino o las pastillas, no me los quitaba nunca»

A punto de cumplirse un año del fallecimiento de Álex Lequio como consecuencia de un cáncer, Ana Obregón protagoniza la portada de la revista «Vanity Fair» de este mes con una entrevista muy esperada en la que habla sobre el dolor de sobrevivir a un hijo.

«Me morí el día que se fue mi hijo. Me morí. Sé que voy a renacer , pero estoy muerta. Aunque por otro lado, fíjate, me siento muy libre porque ahora no tengo miedo a nada», asegura a la citada publicación. Para superar el triste fallecimiento de su hijo, si eso es posible, no ha querido ayudarse de ningún profesional ni tomar ningún tipo de pastilla.

Al estar en un momento tan vulnerable, teme engancharse: «Porque tengo que hacerlo sola y poco a poco sé que lo voy a conseguir. Es como cuando voy a casa de mis padres, bebo un poquito de vino en la comida y veo que estoy un poco mejor. Estoy en un momento muy vulnerable. Si yo empezara ahora con el vino o las pastillas, no me los quitaba nunca».

Pero para hacerlo cuenta con el apoyo de su familia, el de Alessandro Lequio -quien mejor le entiende en estos momentos- y todos sus amigos y seguidores, que le han brindado un apoyo importante durante este año tan duro. «Tengo una bandeja en la cocina llena de telegramas de muchísima gente que no sé ni dónde contestarles. Y si me voy a mi WhatsApp… Mira: 207 mensajes sin abrir», cuenta.

Le llamó hasta los Reyes Juan Carlos y Doña Sofía, con los que habló horas antes del fallecimiento de Álex Lequio. Siempre les agradecerá ese detalle: «Entonces empezó a sonar el teléfono de Alessandro y en una de esas me pasó a la Reina Sofía. Cariñosísima. Me dijo mi hermana que hablé como 10 minutos con ella, pero yo no me acuerdo de nada. Antes había llamado el Rey Juan Carlos. Cariñosísimo también».