Marruecos llora la muerte de Lalla Malika, la última tía del Rey Mohamed VI

El funeral de Lalla Malika va a ser estrictamente familiar y privado, con una lista de invitados muy limitada. «Ante la situación epidemiológica, el Rey insistió en que el funeral se realice en un ambiente familiar restringido», indicaba el comunicado de prensa difundido por la agencia nacional MAP. Se da por segura la presencia del Rey, así como la de su hijo y heredero, Mulay Hassan, de 18 años, cada vez más presente en la vida oficial de la corte. No ha trascendido si acudirá algún otro miembro de la Casa Real alauita.

Hija del Rey Mohammed V y su segunda esposa Lalla Abla bint Tahar, Lalla Malika era la única hermana del difunto monarca Hassan II que aún vivía . Lalla Nouzha murió prematuramente en un accidente automovilístico en 1977, con tan solo 37 años. Lalla Aïcha, icono de la independencia y feminismo, falleció en 2011, mientras que Lalla Amina, jinete y gran defensora de los deportes ecuestres en el reino, murió en 2012.

La princesa Malika nació el 14 de marzo de 1933 en el Palacio Real de Rabat y siempre se mostró cómoda en un segundo plano, viviendo discretamente a la sombra, primero de su padre y luego de su hermano y finalmente, de su sobrino.

Las únicas ocasiones en las que Lalla Malika se permitía aflojar su habitual discreción encerraban un trasfondo solidario. Presidió la Media Luna Roja marroquí desde 1967 . Era habitual su presencia en actos vinculados a esta organización y en ceremonias de recaudación de fondos. Se desvivió por reivindicar los derechos de las personas más vulnerables.

Con 28 años, se casó en Rabat con el teniente general Sharif Moulay Muhammad Cherkaoui, embajador de Marruecos en París, de 1961 a 1964 y posteriormente, tres veces ministro. En esa misma ceremonia, el diplomático se casó también con las princesas Lalla Aicha y Lalla Fatima.

Del matrimonio con Lalla Malika nacieron cuatro hijos: Moulay Sulaiman, Moulay Omar, Moulay Mehdi y Lalla Rabia. La princesa supervisó su educación muy de cerca y a día de hoy, llevan una vida completamente anónima en Marruecos.

«Elegante y distinguida, Lalla Malika cultivó la discreción. Aparte de sus actividades caritativas dentro de la Media Luna Roja marroquí, vivía alejada de toda vida social, dedicándose sobre todo a su familia, sus hijos y sus nietos», destacaban ayer los principales medios marroquíes.