El sándwich favorito de la Reina Isabel II: pan tierno, mantequilla y mermelada de fresa

Hasta ayer, el cocinero personal de la Reina Isabel II y el oficial de la Casa Real británica, era Mark Flanagan. Por su cargo y su máxima lealtad a la institución monárquica ha hecho muy pocas declaraciones en sus años de servicio. El cocinero, vicepresidente del citado club de chefs de jefes de estado, se ha limitado a confesar que la reina no era una gran amante de la alta cocina ni los productos gourmet: «Come para sobrevivir», expuso en alguna de las contadas entrevistas que ha concedido a los medios de comunicación. También reveló su animadversión a algunos ingredientes como el ajo, la cebolla o los sabores picantes.

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Adrián Delgado

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Menos discreción ha demostrado, en los últimos años, quien fuera el cocinero de cabecera de la familia real británica Darren McGrady. El cocinero, que se dedica ahora a compartir en su canal de YouTube algunas recetas que preparaba en el palacio de Buckingham o el castillo de Balmoral para Isabel II, ha revelado algunos bocados sin los que la Reina no ha sabido vivir hasta el último día de su muerte. Elaboraciones sencillas, sin pompa ni boato, que cualquiera puede elaborar en sus cocinas. «Cuando la reina te enviaba una nota a la cocina, sabías que estabas en problemas», confesaba hace unas semanas en una de sus publicaciones.

Los medios ingleses han ido recopilando durante los últimos años de su reinado algunos de esas recetas. McGrady aseguró en varias ocasiones que la Reina Isabel II era aficionada a los sándwiches de mermelada. Eso sí, muy pequeños. De hecho, en Reino Unido se conocen como 'Jam penny sandwich' –del tamaño de un centavo–. Minúsculos recortes de pan tierno, sin corteza, con un poco de mantequilla y mermelada. En su caso, de fresa. Bocados que, según reveló el que fuera su chef personal durante años, le han acompañado desde la más tierna infancia. La propia reina bromeó con este tema al rodar un vídeo en clave de humor en el que revelaba un gran secreto: qué llevaba en el bolso. En la grabación se puede ver a la reina tomando té con el osito Paddington, todo un icono cultural y social en Reino Unido.

Parece ser que los gustos 'frugales' de la Reina Isabel II están profundamente marcados por sus primeros años de vida, durante la II Guerra Mundial. Así lo justificaba McGrady en sus entrevistas. Evidentemente la reina no se alimentaba únicamente de sándwiches. Desde las cocinas reales se le servía diariamente dos comidas fuertes que se servían con puntualidad británica: el almuerzo, a la una del mediodía y la cena, a las ocho de la tarde.

Mark Flanagan si ha contado en alguna de las reuniones que el Club Chefs des Chefs celebra por el mundo, que los platos eran muy sencillos, siempre con técnicas simples como el vapor o la plancha y con aportes proteicos de origen animal: pollo, pescado o caza de procedente de sus cotos reales. Estos últimos alimentos –faisanes, venados o perdices– llegaban con frecuencia a las mesas del palacio de Buckingham o el castillo de Balmoral los fines de semana y días festivos.

Se sabe también la preferencia que tenía la reina por una marca en concreto de cereales integrales conocida en todo el mundo para el desayuno. Y su pasión por los sabores dulces, especialmente a la hora del té. Algunos de las piezas de pastelería que más gustaban a la reina han trascendido gracias a sonados eventos familiares como la boda del príncipe Guillermo con Kate Middleton en la que se sirvió la tarta favorita de la Reina Isabel II: el pastel de chocolate con galletas. «Este pastel es probablemente el único que se envía al comedor real una y otra vez hasta que se acaba», revela en su página web personal Darren McGrady junto con la receta original.

«Si queda algo cuando lo empieza en el palacio de Buckingham, lo termina luego en el Castillo de Windsor. Yo solía viajar en el tren de Londres al Castillo de Windsor con el pastel de chocolate y galletas, ya a medias, en una lata sobre mis rodilla», explica el excocinero real. «La razón por la que lo eligió el príncipe Guillermo es porque solía ir a tomar el té con la Reina Isabel II y siempre le gustó», añade.

Otra de las curiosidades que se conocen en torno a los gustos culinarios sencillos de la Reina Isabel II es su pasión por el 'fish and chips' (pescado rebozado o empanado, frito y acompañado de patatas también fritas). La monarca británica pidió al entonces cocinero real Darren McGrady modificar la receta tradicional para hacerla menos pesada: el pescado debía estar empanado, no rebozado como se hace habitualmente, y horneado, no frito. «Prefería un pescado con patatas fritas más refinado», explica el propio cocinero uno de sus vídeos de YouTube.

La prensa inglesa recogía hace unos meses que la Reina Isabel II pedía esta receta incluso a domicilio cuando estaba en el castillo de Balmoral, el mismo lugar en el que ha fallecido a los 96 años. El periódico sensacionalista The Mirror publicó que Su Majestad solía pedir este plato a un restaurante local de la localidad escocesa de Ballater por algo menos de 10 libras esterlinas.