Nuevos restaurantes en Madrid: el mexicano Can Chan Chan y tres asiáticos muy distintos

Como ha explicado el crítico gastronómico de ABC Carlos Maribona, «una de las virtudes de Ruiz es su conocimiento profundo tanto de la cocina de su país como de la española», lo que plasma en Can Chan Chan (Serrano, 47) combinando «producto de aquí con recetario de allá, sin renunciar a la autenticidad y frescura«.

El propio Ruiz, que lleva ya diez proyectos de restauración en su haber, confiesa que con este último quiere «recuperar el espíritu de lo que fue Mezcal Lab (el bar de Punto MX) y traerlo a 2023 para crear en libertad y descubrir sabores».

La carta de Can Chan Chan -que cuenta con terraza y apuesta por la coctelería- contiene 20 propuestas pensadas para compartir y que irán cambiando con las temporadas, y que lo mismo ofrecen carnes y mariscos gallegos, ibéricos o quesos que chiles, tacos, guacamole o adobos al pastor.

Otro que estrena andadura en Madrid es Lelong Asian Club. No llega de nuevas. Forma parte del Grupo China Crown (China Crown, Shanghai Mama, Le Petit Dim Sum, Bao Li y Tottori, entre otros), a cargo de María Li Bao y de su hermano Felipe Bao en lo gastronómico.

Ubicado en el centro histórico de la capital (Carrera de San Jerónimo, 9), en un edificio de 1886, el nuevo espacio combina decoración elegante y cosmopolita con una carta que reconvierte y eleva recetas tradicionales del continente asiático. Además, hay coctelería y una bodega con más de mil referencias.

Una semana lleva abierto el nuevo Sushita de Moraleja, ubicado en la planta a la calle del centro comercial Moraleja Green. Es el séptimo restaurante de las empresarias y pioneras del sushi en Madrid Sandra Segimón y Natacha Apolinario, y contiene una novedad en el Grupo Sushita: el añadido de una tienda de la colorida línea de vajilla que llevan adelante junto con Eugenia Martínez de Irujo.

En los Sushita -donde la decoración de las salas, todas diferentes, juega un papel protagónico- se sirve comida japonesa con una excelente relación calidad-precio. Cada uno de ellos tiene los platos más conocidos y demandados de su carta y, en un porcentaje menor, incorpora una inspiración distinta a las demás. En el flamante del Moraleja Green, con terraza en la acera, junto a la entrada del edificio Sur del centro comercial, ofrece platos del sudeste asiático.

No es la única novedad en este estilo de cocina. Acaba de expandirse a la capital uno de los restaurantes japoneses más exitosos de Barcelona, Monster Sushi. Lo hace en un local de la calle Zurbano (26) ambientado como una moderna 'izakaya', donde se combina buena acomida, ambiente relajado y música. Llega avalado, además, por el otro restaurante que tiene el grupo The Umai en Madrid: el estupendo Robata de Jorge Juan.

Como una taberna casual y actual, Monster Sushi da un rol principal a su barra, tiene cocina vista y una 'koinobori' o carpa como emblema. En la carta, desde yakisoba, udon, sushi y rolls hasta su Sticky Chicken Wings, el Monster steak o el Okonomiyaki al estilo Osaka con trocitos de cerdo, bonito y salsa propia.

Madrid también estrenó este mes de junio un asador vasco. Se trata de Lecanda, ubicado en la zona con el boom de aperturas este año, barrio de Salamanca (Lagasca, 46). Con una «cocina ancestral renovada inspirada en las costumbres de los antiguos caseríos y en los rituales de las sociedades gastronómicas vascas», este nuevo restaurante se centra en la parrilla donostiarra tradicional, que da sabor a carnes y pescados.

Los cocineros Óscar Velasco y Montse Abellà están detrás de otra apertura reciente. Lo suyo se llama VelascoAbellà y está situado en el barrio de Chamartín (Víctor Andrés Belaunde, 25), donde ofrecen -él en cocina, ella en repostería, sala y dirección general- una carta de mercado y de producto, con platos como ravioli de ricota ahumada, ensalada de caballa, cuajada de chocolate negro y café o suquet de mar con sobrasada, entre otros.

En la demandada calle Velázquez (en el 11) se ha presentado, en tanto, un nuevo italiano. Lleva por nombre Allegra, y es el el segundo restaurante del Grupo Isabella's en la ciudad (el otro es Casa Isabella, en el callejón de la calle Puigerdà). Junto con sus platos romanos y su pasta y enmarcada en su decoración inspirada en el Café de la Ópera, la propuesta se completa con música y ambiente de discoteca después de medianoche.

Otro italiano que se suma a la oferta madrileña es Pagus, llegado directamente de Calabria, donde nació el primero de la mano del chef Leonardo Battigaglia. El segundo fue a parar a León hace cinco años, y ahora un tercero anima la calle Padilla (56). En un ambiente de casa de comidas típica del sur de Italia, su carta da protagonismo a la pasta fresca elaborada a diario, junto con carnes, postres y vinos procedentes de bodegas pequeñas o de edición limitada.

Hueso desembarca, por su parte, en la zona de la Puerta de Alcalá (ha abierto en Marqués del Duero, 5), con una propuesta más informal abajo y en la barra, de croquetas, tortillas, alcachofas o embutidos, junto con tartar de atún o tomate o brioche de cochinita pibil, por ejemplo, y más elaborada y de mercado arriba, en su Salón Chimenea.

Continuando con el auge de las empanadas argentinas que propició la pandemia, llega a la capital Sabores Expréss, que rápidamente ha montado 15 locales (mismo número de variedades de empanadillas saladas tiene, aunque también las ofrece dulces, más pizza y pan de queso o chipá) en la Comunidad de Madrid. Están en Ciudad Lineal, Arapiles, Cuatro Caminos y Vallecas, además de Getafe, Alcorcón, Leganés, Alcobendas y Móstoles, y seguirán expandiéndose.