Andorra Taste firma su compromiso con la montaña y sus modos de vida como garantes de la biodiversidad mundial

Un texto que han suscrito medio centenar de cocineros y profesionales de la gastronomía que han llegado a varias conclusiones. La primera centrada en el futuro de la alimentación. «Como dice la FAO, exige no sólo un desarrollo sostenible sino una visión sistémica del entorno social en su conjunto y un compromiso ético. Los sistemas alimentarios propios de las sociedades de montaña y el conocimiento ancestral heredado muestran caminos para el sostenimiento de un planeta cada vez más poblado y con una capacidad de generación de recursos más comprometida», comienza el texto.

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Asimismo, asegura que «las sociedades de montaña y sus modos de vida son garantes de la biodiversidad y la sostenibilidad de los ecosistemas». También pone el foco en la dimensión cultural de la gastronomía como «uno de los principales embajadores turísticos y generadora de riqueza y empleo».

Los cocineros de montaña, entre quienes firman este manifiesto, han coincidido en trabajar unidos por «la protección máxima de los entornos naturales de montaña en cualquier parte del mundo para garantizar su sostenibilidad». «Regularizar con normativa específica las ventas directas de los productores y recolectores a los restaurantes para facilitar la comercialización de cercanía que ayuda a fijar población y a distribuir la riqueza», aseguran.

Convienen en la necesidad de «fomentar la creación de mapas de productos de montaña por estaciones y zonas geográficas y crear un sello de calidad internacional para su protección». «La creación de programas de apoyo para que la ganadería y la agricultura de montaña tengan la rentabilidad necesaria que garantice la subsistencia de los productores», añaden.

Por otra parte, es necesario impulsar «la investigación y el desarrollo de productos elaborados que aporten valor añadido a los productores, recolectores y cocineros. Garantizar a las sociedades rurales los mismos derechos en términos de sanidad, educación y conectividad digital que se ofrecen en los entornos urbanos. Promover el retorno de población a los espacios rurales y de montaña con planes y ayudas para la recuperación de viviendas y pueblos», detalla el manifiesto.

«La implantación de programas formativos y educativos de sensibilización para que las nuevas generaciones asuman un papel relevante en la preservación del medio natural y tengan una visión realista del mismo y de los modos de vida de sus habitantes», reivindica el texto. Por último, concluye en la necesidad de «investigar y definir las condiciones geográficas, climáticas y culturales que definen la identidad de la cocina de montaña».

Así, los cocineros de montaña se comprometen a: «Respetar la estacionalidad de los productos de nuestros entornos. Destacar y poner en valor la labor de los productores locales como guardianes de las raíces y herederos del conocimiento de la naturaleza. Visibilizar el producto de montaña en las cartas de nuestros restaurantes. Preservar el legado recibido en forma de recetarios y corpus gastronómicos tradicionales, así como asumir como parte de nuestro trabajo creativo su actualización y puesta al día. Y a utilizar toda la capacidad de concienciación social a nuestro alcance para defender la vida en los pueblos y dar a conocer en los entornos urbanos la realidad y el valor de nuestras sociedades de montaña».