¿Sabrías distinguir una melva de un bonito? Google pone a prueba a los 'foodies' con este test

«Familia, amigos, comida y festejos». Así comienza el viaje de la exposición por los sabores más tradicionales y caseros de la gastronomía nacional. Un scroll es suficiente para descubrir recetas de clásicos platos como la paella valenciana o el pollo en pepitoria, además de la historia del Club de las guisanderas –colectivo que busca salvaguardar la memoria culinaria de Asturias– o de La cuina a Sils, que busca lo mismo en su comunidad, pero sin duda, lo que más llama la atención es el reto al que Google Arts & Culture y la Real Academia de Gastronomía someten a sus lectores: tres cuestionarios en los que poner a prueba sus conocimientos gastronómicos.

El primero de los cuestionarios, '¿qué comerías según la ocasión?', habla sobre los platos ideales según el momento del año , el color favorito, la formalidad de la reunión o el gusto por la cocina. ¿Sabría escoger el plato perfecto para una gran celebración?, o quizá, ¿el tentempié ideal para un vegetariano? Las recomendaciones para estas dos situaciones de estos expertos en gastronomía son la paella valenciana y las patatas bravas, ambos dos platos típicos del país.

El segundo cuestionario pone a prueba los conocimientos en pescadería . La dorada es la encargada de abrir el reto, sencilla y fácil de reconocer, pero el nivel va ascendiendo. Distinguir una 'gallina de mar' o una melva son algunos de los desafíos que se suceden a lo largo del cuestionario, acompañados por información de los distintos usos que se da a cada uno de los pescados. Finalmente, el último de los tests versa en el origen de los alimentos . Tras la llegada de los europeos a las Américas, la mezcla de culturas hizo que los sabores y productos viajaran de un continente a otro. En esta ocasión, el desafío está en saber si alimentos como la cebolla, la berenjena o el melón vinieron o no de América.

Escuchar los secretos de las albóndigas de pescado de Ana Benarroch, los entresijos del roscón de reyes de Clara María González, o la receta del ajoblanco de Merecedes Botín es como escuchar una clase magistral de cocina casera. Por mucho que pasen los años, un buen plato caliente de cuchara al llegar a casa una tarde de invierno sigue levantando el ánimo y reconfortando el alma. De todo esto saben mucho ellas, que continúan compartiendo sus conocimientos con hijos y nietos.

La gastronomía monástica tampoco queda fuera del homenaje. Fuente de los primeros recetarios, en los conventos es frecuente encontrar platos elaborados a partir de ingredientes y productos locales, en muchas ocasiones producidos en sus propias huertas. El reportaje hace un recorrido detallado por las características de este tipo de cocina y su principal objetivo: dar de comer al más desfavorecido.

Lo tres cuestionarios y todos los reportajes podrá encontrarlos aquí.